miércoles, 5 de marzo de 2014

EL BESO Y EL BESAR, AHORA.

Nos motiva hacer un pequeño aporte sobre este tema ahora que nos agobian ciertas infecciones de la piel y de las vías respiratorias, incluida y de sobremanera importante la recién llegada influenza humana A H1N1 que está causando importantes problemas sanitarios. Sobresalen también los contagios de herpes simple, impétigo, mononucleosis infecciosa ("enfermedad del beso"), verrugas vulgares, moluscos contagiosos, aparte de toda clase de resfríos y gripes (influenzas y parainfluenzas de variados tipos), aparte de otras por mencionar algunas como la tos ferina o coqueluche, TBC, sarampion, rubeola, varicela, virus respiratorio sincicial, y adenovirosis, etc.... Todas ellas reconocen entre otros también un mecanismo de contagio labial, a través del beso.
No hablamos del beso del enamorado, del beso erótico, de connotación sexual y afectiva, porque ese es otro asunto, a nuestro parecer de alto valor, relevancia e importancia y que hay que promover, sino de ese otro, del que se abusa, se exagera a cada rato y en alguna medida se impone y obliga.
Sobre el beso se han escrito páginas y páginas, pero centrémosnos en sus aspectos generales.
Empecemos por lo básico, definir. El besar para la RAE proviene del latín basiare, basium correspondiendo para ella a: tocar u oprimir con un movimiento de labios, a impulso del amor o en señal de amistad o reverencia. Por lo tanto beso, del latín basium, es: la acción de besar. Osvaldo Quijada en su Diccionario Integrado de Sexología define el beso, esta forma de expresión sexual, como: caricia con los labios a otro individuo o cosa. Nos quedamos con esta última, sencilla, tal vez acotada, quizás limitante pero práctica, hermosa y simple definición.
Los profesores Barón y Lagos expresan: "Formas de expresión sexual como el beso son desconocidas en algunas tribus, mientras en otras tiene un carácter alimentario, o un sentido social y simbólico". pág. 59. Educación Sexual en Chile. Profs. Irma Barón yTulio Lagos, Contempo Gráfica, Santiago de Chile, 1997 .
Pasamos a revisar y a desarrollar estos caracteres que los profesores recién mencionados señalan: 1) Su carácter sexual o erótico, es evidente y daría para varios libros y a él como ya lo expresamos no nos referiremos en esta ocasión; 2) Alimentario como expresión de la relación especialmente materno infantil, de nutrición del niño en crecimiento con su madre o madre substituta; 3) Social, relacionado como una forma de saludarse, demostrandose conocerse o familiaridad, y algunos dicen también de olfatearse; 4) Simbólico, de aceptación y de reconocimiento.
En este último 4º punto nos vamos a detener un tanto. Habrán notado Uds. que algunas latitudes del oriente extremo como Japón y China se puede ser muy cordial, simpático y acogedor solamente por medio de múltiples reverencias, leves sonrisas incluidas, a una buena distancia sin permitirse la occidentalizada manera de besarse y darse la mano por cualquier cosa sobretodo al reconocerse, presentarse y despedirse en los encuentros sociales. Recuerdo que acá en Chile hasta las alturas de mediados de la década 70 a 80, no se acostumbraba este exceso de besuqueo en la mejilla (en España son dos, uno a cada lado, de hombre a mujer, o de mujer a mujer-¿cuándo habrá empezado? ¿pre o postfranquista?- y entre hombres también en otros países, y dobles también, y he visto triples). Aquí vale también la observación de Lagos y Barón que en otras partes del mundo y otras culturas el asunto es diferente. En nuestro país se produjo un momento en que había que contactarse, reconocerse, y por tanto aceptarse, otorgándole al beso en la mejilla un valor de reconocimiento (identificación interpersonal dentro del grupo para resaltar el vínculo) entre los besadores, de acercamiento, reconocimiento ("este es de los míos" casi a la manera del Iscariote), incluídos abrazos a la bandera y cierta incorporada estrofa al himno, dándole ese valor simbólico al que se alude. No era así en las décadas anteriores a los setenta. Una manifestación más de uno de los "ismos" que se desatan por el mundo, en este caso besuquismo.
Si uno mira en su instantánea el momento de algunos de estos besos "obligados" puede ver en más de una ocasión al besado/a interponiendo el cabello o girando la cabeza para no exponer directamente la piel, o torciendo la boca en sentido contrario, o poniendo una mano de contención, o ir luego discretamente a lavarse en cuanto puede, después.
No le veo nada de afectivo real la mayor parte de las veces ni de demostración de cariño, ni nada parecido, como podría ser por el contrario una sonrisa cordial, un buen y cálido abrazo en su momento justo y necesario, una palabra amable, acogedora, una mirada de simpatía, cuando se requieran.
Creo que hay mucho más de obligado e hipócrita en ese comportamiento, que podríamos llamar besuqueo social obligado, que ya va quedando como costumbre impuesta. Es este beso del cual se ha exagerado en el saludo, se ha forzado e impuesto su uso, igual como se puede observar en el excesivo darse las manos entre los varones, al encontrarse o despedirse, con las mismas manos con que se han limpiado o escarbado recién las narices, se han limpiado la nariz o la boca, o han contenido la tos o el estornudo.
Se sugiere meditar sobre ello. Es la exageración y casi obligación impuestas de su uso en el saludo lo que nos llama la atención, como fenómeno de comportamiento social. Lo planteabamos en los diplomados de Afectividad y Sexualidad en la USACH hace unos 10 años atrás cuando me tocaba dar allí algunas clases. Me miraban extrañados.... Pero, ahora constituyen las recomendaciones actuales en cuanto a moderar o incluso suprimir estas formas de saludo, siendo propiciadas estas nuevas actitudes por parte de la OMS, Colegio Médico de Chile y Minsal, sociedades médicas de enfermedades respiratorias o infecciosas, en forma de advertencias hechas ya sea en entrevistas, comunicados oficiales, prensa y otros medios, urgidos circunstancialmente frente a la pandemia de influenza actual.
De acuerdo, por razones de salud pero también creemos para devolverle al beso y al besar su connotación original de caricia. Por lo mismo, pensamos como en la Educación Sexual, comenzar por los profesores, parvularias excesivamente besuconas, apoderados, educadores, para ir llegando poco a poco a todas las personas en general.
Alejandro Ríos Rojas.

Publicado el 13 de junio de 2009 en http://sochisexeds.blogspot.com/

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