lunes, 30 de septiembre de 2013

LOS INSTINTOS. Una mirada desde la biología..



LOS INSTINTOS 
                                                                  Dr. Alejandro Ríos-Rojas
“El instinto es más sabio que la sabiduría”.   Frank Crane.

ÍNDICE
1.- ETIMOLOGÍA Y DEFINICIÓN 
2.- TAMBIÉN HA SIDO DICHO
3.- ¿QUÉ SON LOS INSTINTOS?
4.-¿DÓNDE ASIENTAN?.  El Cerebro trino.
5.- ORIGEN DE LOS INSTINTOS. Su mecánica y su dinámica. Tres Fases. Etapas Críticas según la edad. Las Pandillas juveniles, pandillerismo. No siempre los Ins. se dan puros. Adolecescente y adulto joven. El Placer y las emociones. Sistema de Recompensa Cerebral.
6.- CARACTERÍSTICAS DE LOS INSTINTOS
Ciertas condiciones para ser tales. El curso de los años y los Ins.
7.- TIPOS: de Agresión, Alimentación, Competividad, Conservación, Defensa, Entendimiento Interespecies (la Domesticación), Fuga o Huída, Jugar, Sexuales (Las otras Improntas), Social, Territorial.
 8.- ¿APLICA ESTO A NIVEL HUMANO?. ¿Qué hay de nuevo, viejo?
9.- LOS INSTINTOS SEXUALES: INSTINTOS DE REPRODUCCIÓN, APAREAMIENTO, CONYUGACIÓN y AFECTIVIDAD. 
Aspectos Generales. Otros Imprintings. Ojo Amantes. La Libido. Diferencias entre Hombres y Mujeres en cuanto a los Is. Los Is. Sexuales. Los Cuidados Parentales. Los Is. Sexuales de Juego o Lúdicos.
10.- LO CUATERNARIO EN LOS INSTINTOS EN GENERAL. La Testosterona.
11.- RESUMIENDO.
12.- BIBLIOGRAFÍA.



"Familia". Foto del Prof. Andrei Tchernitchin V.
1.- ETIMOLOGÍA Y DEFINICIÓN
Etimología: del latín: instinctus, de in (en el interior, desde adentro) y stingere (pinchar, estimular), por tanto aquello que estimula o apremia desde el interior.
Definición de instinto: tendencia natural que urge al animal, el ser humano incluido, frente a un estímulo (estímulo señal), a un determinado complejo patrón de comportamiento espontáneo, predecible, constante y rígido, heredable producto de la selección natural y sexual, que se va a expresar en acciones normalmente útiles y beneficiosas al individuo y a la especie. 
Patrón de comportamiento heredado, con caracteres propios de una especie animal a otra y poco susceptible de modificación. Una reacción del genotipo a modo de comportamientos fijos frente al medio ambiente. Ontogenia constituida sobre una sólida base filogenética. La etología comparada y la paleontología pueden rastrearlo hasta los más antiguos confines de su filogénesis.
Dos tipos básicos de comportamiento: Por un lado los comportamientos innatos, por ejemplo los instintos, recién definidos y por el otro los adquiridos (corresponden mas bien a conductas) que son culturalmente incorporados por aprendizaje. Màs adelante profundizaremos en esta distinción.

2.- TAMBIÉN HA SIDO DICHO
“…los animales que respiran son en realidad cuerpos combustibles que arden y se consumen" (Antoine Lavoisier).
Los animales dotados de instintos sociales se complacen en la mutua compañía, se avisan del peligro y se defienden, se ayudan en muchas maneras unos a otros. Estos instintos no se extienden a todos los individuos de la especie, únicamente se manifiestan entre los de la misma comunidad. Como son altamente beneficiosos a las especies, se han adquirido con toda probabilidad por medio de la selección natural”. (Charles Darwin, El Origen del Hombre, op. cit.). (Ch.D.)
“Los instintos no se dejan reprimir, y será pueril admitir que, en caso de ser reprimidos, desaparecieran del mundo por este solo hecho. Lo único que puede conseguirse es hacerlos retroceder del terreno de la conciencia al de la inconsciencia. Pero en este caso se acumulan, peligrosamente deformados, en el fondo de la mente, y originan por su constante fermentación, inquietudes nerviosas, perturbaciones y enfermedades”. (Sigmund Freud). (S.F.)
Experiencia estructurada de la especie”. C.G. Jung
“El instinto corresponde a una precisa organización de comportamiento desarrollado por medio de la selección natural y transmitida por la herencia”, lo cual comparte el hombre con todos los demás organismos. (M. J. Herskovits. El Hombre y sus Obras, op. cit.). (M.J.H.)
“Constituyen  grabaciones preestablecidas, ineludibles, tiránicas, heredadas del plasma germinal, y específicas; es decir propias de cada especie”. (Benjamín Subercaseaux, op.cit..) . (B.S.)
“Actitudes o respuestas espontáneas, no pensadas, a demandas internas o externas del individuo”. “Respuestas seleccionadas a lo largo de la vida de la especie”. (Osvaldo Quijada, op. cit.). (O.Q.)

3.- ¿QUÉ SON LOS INSTINTOS? (Is.)
Trataremos de darle una mirada desde la biología, como ciencia integradora que es.
Son grabaciones mentales preestablecidas (hay quienes los han comparado a los programas computacionales y a la actividad robótica, pero son mucho más que eso), hereditarias, normales y propias de cada especie, que se activan frente a estímulos internos y externos (que van a fijar el lugar y momento de su accionar). Pautas de comportamiento filogenéticamente programadas. Por este tipo de respuesta algunos biólogos los llaman patrones de acción fija o patrones de comportamiento fijo.
No entiendo el por qué la biología actual y científica en general, evitan la palabra instinto. Una explicación que me doy es que puede ser por el excesivo uso, interpretación, manipulación y distorsión de que ha sido hecha por la metafísica, mala literatura, la religión, manoseo que lo ha llevado a ser con el tiempo un término equívoco, hasta el punto de confundirlos llamándolos impulsos, pulsiones, tendencias, necesidades y hasta sentimientos. También porque al ir conociéndolos cada vez  más expresan   una evidente y documentada cercanía y parentesco del hombre con los otros animales, por lo que muchos aún rechazan hasta hablar incluso de ello, o mencionarlo.
Los Is. se van a incorporar  y contribuirán a moldear la personalidad sobre todo en los rasgos más fijos de ésta como el temperamento, e incluso el carácter. Por tanto pueden además participar en patología general así como en  trastornos de personalidad y en las psicopatías, a modo de ejemplo.

4.-¿DÓNDE ASIENTAN?. El Cerebro trino.
Problema de la Neurobiología, específicamente de la neuroanatomía y fisiología del Sistema Nervioso. Para un mejor entender e intento de explicar, podemos basarnos en la concepción del cerebro trino de Paul MacLean (1913-2007), médico neuropsiquiatra norteamericano, quien es el autor alrededor de 1970 de un planteamiento evolutivo del cerebro (que a todo esto ha sido llamado proceso de cerebración progresiva), aplicable al humano.
Plantea un cerebro reptiliano, uno límbico y uno neocortical, los tres coexistiendo y funcionando ampliamente interconectados en los vertebrados superiores, hombre incluído. Partiendo de la base que toda división es arbitraria, que se le ha criticado ser un enfoque aparentemente lineal (desde luego no lo es), simplista y que la realidad es siempre más compleja, corresponde a una proposición más bien práctica, de valor docente que permite tener una mirada a la vez neuroanatómica, funcional y evolutiva. Revisemos someramente los tres, en orden de complejidad progresiva.

1.- Arquicerebro, o Arquiencéfalo (o Cerebro Reptiliano, MacLean). Corresponde al tronco cerebral (tallo cerebral). Es la parte más primitiva del encéfalo filogenéticamente hablando. Es el tejido nervioso ubicado en la zona intermedia entre la médula espinal y el cerebro propiamente tal, a los que además conecta. 
Comprende de caudal a cefálico tres componentes: el bulbo raquídeo, la protuberancia anular (puente troncoencefálico o puente de Varolio) y el mesencéfalo (cerebro medio). Recordemos que el tronco cerebral (especialmente el Bulbo raquídeo) es también y primordialmente la sede de los automatismos: respiración, circulación, procesos digestivos, metabolismo hidrosalino, por ejemplo. Además en el tronco cerebral se encuentran los núcleos de origen de varios nervios craneanos. Zona de paso de la motricidad y la sensibilidad, coordinación de actividad visual y auditiva. Conexión con el cerebelo para la funciones de equilibrio corporal. En él están los cimientos primigenios de los instintos.

2.- Cerebro Límbico (o Paleocerebro, o Paleoencéfalo). Se llama también Cerebro Afectivo o Mamífero, asentado en el Sistema Límbico. Estructura integrada por tálamo, hipotálamo, hipocampo (centro de la memoria), amígdala (el gran centro emocional del cerebro), cuerpo calloso (conexión interhemisferios cerebrales), septum pellucidum y bulbo olfatorio. Zona también de origen de algunos otros nervios craneanos. Corresponde a tejido nervioso subcortical.
Se encuentra ya en peces, anfibios y reptiles. Centro anatómico de conexión de vías entre ambos hemisferios cerebrales, y  sensoriales del neocortex con el tronco cerebral. Es el principal, evolucionado y más evidente centro de los instintos y de su regulación (por mencionar uno, del I. de conservación individual y de la especie: vivir, sobrevivir y reproducirse), permitiendo comportamientos de defensa (pelea o huída), sueño y alerta, hambre y sed (búsqueda de alimentos y agua), marca de territorio, instintos sexuales: reproducción, apareamiento, afectivividad.
Con su aparición y desarrollo, los Is. se hacen más diversos y complejos, aunque se va a observar mayor flexibilidad en ellos al permitir irse impregnando el comportamiento de lo emocional, de la memoria, las motivaciones y el aprendizaje, lo que será cada vez más evidente en el humano, aumentando la dificultad de su estudio. Aparecerán normas de comportamiento o instintos cada vez más complicados, al irse impregnando del emocionar, deseo amoroso, amistad, aspiración a ascender en la jerarquía, celos, aflicción, miedo, etc., comprobables tanto en gansos silvestres como en el hombre (Sobre la agresión, Konrad Lorenz, op.cit.). (K.L.).

3.- Cerebro Neocortical (Neocerebro o Telencéfalo). Se asienta fundamentalmente en la corteza cerebral, y en el humano más específicamente en la prefrontal. En el Homo sapiens los instintos se mantienen, siempre están, van a generar comportamientos que de alguna manera se desnaturan y se hacen menos reconocibles en su  forma pura, con la aparición de intromisiones de la conciencia, lo reflexivo, el raciocinio, la capacidad de análisis y de síntesis, acentuación de la inteligencia, el lenguaje, la imaginación, la fantasía, lo creativo, lo artístico, las herramientas (tecnologías), el aprendizaje. 
Aparecen también las creencias, las ideas místicas, las religiones, las más diversas ideologías. Pero también las ciencias, la compasión, la piedad, la empatía, la medicina. Contribuirá lo emocional, a que los Is. se hagan más intensos y enriquecedores, variando, matizando, y complejizándolos, pero no se han ido, ahí están. 
Este Neo Cortex va a permitir una adaptación original al medio ambiente, producto de la cultura. El comportamiento a grosso modo, por ejemplo como consecuencia de vivir en sociedad, muestra dos facetas (Biología, Curtis, op.cit.):
 Egoísta <------>  Cooperativo
Altruista <------> Malicioso
Nota: Para evitar confusiones de nomenclatura porque a veces se mezclan, a continuación damos someramente las denominaciones con que la embriología señala las distintas porciones del sistema nervioso central en su desarrollo ontogénico. Desde caudal a rostral: médula espinal, rombencéfalo (mielencéfalo y metencéfalo), mesencéfalo, y prosencéfalo (diencéfalo y telencéfalo).

5.- ORIGEN DE LOS INSTINTOS. Su mecánica y dinámica (elementos).Tres Fases. Etapas Críticas según la edad. Las Pandillas juveniles, pandillerismo. No siempre los Ins. se dan puros. Adolecescente y adulto joven. El Placer y las emociones. Sistema de Recompensa Cerebral.
Los habíamos localizado en cuanto a la anatomía y función fundamentalmente en el paleoencéfalo o cerebro límbico. 
Su fuente es somática (orgánica), su objetivo aquello que sea adecuado a su fin que es siempre su satisfacción (S. Freud).
El estímulo o señal que lo despierta (Apetencia, K.L.) puede ser externo o interno, en este caso proveniente del propio soma.
Según  Ch. Darwin (citado por O. Quijada) las especies adquirieron sus instintos por medio de errores y pruebas, con la selección natural, junto con la incorporación de las progresivas características morfofisiológicas que fueron permitiendo realizarlos. 
Frente a un estímulo adecuado participarán activándose espontáneamente: el Sistema Nervioso Central y Periférico, los órganos de los sentidos, el aparato locomotor, mecanismos electroquímicos, todo un sistema de hormonas y neurotransmisores, etc…para su realización y consumación.
En cuanto a su dinámica no son explosivos como los reflejos sino suspensivos (Pierre Janet, citado por Benjamín Subercaseaux), puesto que presenta como mínimo dos etapas, veamos el caso de un cazador carnívoro y su presa:
1) Fase de erección (percepción y acecho).
2) Fase de consumación (persecución y engullimiento).

K. Lorenz, completa a P. Janet, anteponiendo otro elemento a su dinámica:
I)   Una primera fase de apetencia o búsqueda.
II) Una segunda, desencadenante (correspondiendo a la primera fase recién mencionada).
III) Una tercera, que es el acto consumatorio final (en el que ambos autores también coinciden). En todo caso disponen, así como de estímulos desencadenantes, de los correspondientes mecanismos inhibitorios (apaciguamiento), que pueden modificarlos, atenuarlos o incluso anularlos, que además han sido ritualizados filética y culturalmente.
En la expresión de estos impulsos  K. Lorenz plantea a modo de etapas en forma muy general y con una visión darwinista:
1) Dinámica del instinto (apetencia, desencadenamiento, consumación).
2) Pautas de comportamiento ritualizadas filogenética y culturalmente.
3) Capacidad de control por una moral razonable y responsable. Esto último no lo ve nada de fácil ya que los Is. “forman un todo organizado muy complejo y no muy fácil de analizar. El haber comprendido la interdependencia funcional de sus partes nos ayuda empero —aun dado el incompleto estado de nuestros conocimientos a entender ciertos fenómenos que sin ello seguirían siendo incomprensibles”. Y también señala que es iluso plantear que toda la problemática negativa, en gran medida dada por la civilización y sus excesos, va a poder ser controlada por una moral por muy razonable y responsable que pretenda ser.
El origen de los Is. está en la genética, en las bases neuroanatómicas y neurofisiológicas, las que a su vez se fueron moldeando a través de la adaptación conducente a una descendencia con modificación. Una vez enfrentados al estímulo adecuado se origina una cadena de reacciones fisiológicas en la que participan neurotransmisores, corrientes eléctricas (mecanismos electroquímicos), sustancias endocrinas, cambios metabólicos, entre otros, conducentes a la actividad motora que se manifestará en un determinado comportamiento: huir o pelear, buscar alimento o agua, encontrar pareja.
Tenderán a expresarse como sea en forma natural, pero si son reprimidos o no se da ocasión de su desencadenamiento, se muestran acumulativos, como esperando su oportunidad, pudiendo responder incluso a estímulos subliminales, desviarse hacia otros seres u objetos (reorientación o desviación) en forma de empatía o antipatía, presentando además mecanismos de sublimación, proyección, hasta comportamientos de lleno en el campo de la patología, la trasgresión de normas morales y el delito.
Muchas veces, quizás si habitualmente, no se dan en estado puro sino que dos o más a la vez, como facilitadores, aumentadores, o bien inhibidores, unos de otros. Tal vez ello sea la causa de que no sean fáciles de distinguir, separándolos por tipos de Is.….Tarea compleja para los etólogos. 
Los Is. presentan etapas críticas en el curso de la edad, que tienen que ir siendo cumplidas o satisfechas...Las iremos viendo poco a poco, una a una, según los vayamos revisando.
Siendo niño, una vez visité en su casa a un compañero de curso, quien me invita a explorar el sector cercano a su hogar. A poco andar comienza a tirarme trocitos de madera o piedrecillas que iba recogiendo del camino, que estimé al principio con desconcierto y enojo como agresión, que lo era, pero luego al responderle igual, se convierte en desafío, competencia y fijación territorial. Podría haber resultado también en golpes o en huída o fuga. Porque en todo caso, impresiona así que de buenas a primeras te empiecen a tirar objetos. Después con mi hijo, hicimos lo mismo en una especie de desafiantes juegos agresivo- competitivos, al ir de excursión, que pronto se convirtieron en otros tipos de actividades recreativas o deportivas. Corresponden a importantes etapas de aprendizaje y adecuación.

Las Pandillas juveniles.
Una mezcla de agresión, competitividad, territorialidad, impulso sexual, sentido social (de necesidad de pertenencia a grupo) se da a nivel de los jóvenes humanos (no exclusivamente) con la formación de pandillas juveniles, habitualmente machos que, adhiriendo a las órdenes de líderes, se agrupan en torno a consignas, códigos y acciones que conducen al pandillerismo, constituyendo grupos antisistema. subculturales, pudiendo llegar a ser una lacra si se impregnan de fanatismos étnicos, raciales, políticos o religiosos, o lo adoptan como manera de salir de la pobreza y/o marginalidad,  o bien caen en manos de sectas manejadas por iluminados santones, o en forma de carteles o las maras.

Los Ins. no siempre se dan puros...
En mi adolescencia me tuve que dar por enterado que en el barrio (Asunción del Paraguay, década de los cincuenta) existían dos grupos antagónicos de muchachos; o te metías en uno de ellos o te quedabas al medio (y te llegaban los hondazos de uno y otro lado). A propósito, los jóvenes paraguayos son campeones en el mundo en el uso de la honda sin horqueta. Así que tuve que tomar una decisión, con buena suerte: llegué a tener un buen amigo en el entonces jefe, y conocer a su hermanita, así como él a una prima mía. Hasta hoy mantenemos esa amistad, que se inició en una más bien inocente pandilla de adolescentes.
Hay que conocer que en la juventud (hablemos del adolescente y adulto joven) se da esta tendencia a pelear por un territorio, a demostrar agresión y competitividad para probarse ante sí y frente a los demás machos (en hembras también lo he visto pero a un grado menor), quienes son los mejores líderes, y eso obliga a identificarse con ciertos grupos etarios similares. 
En esas atapas juveniles se dispone de una enorme energía que se puede expresar en agresividad que puede no ser más que eso, una rebeldía frente a lo establecido, una mirada desde la perplejidad y el querer el cambio. Problema es su correcto encauce. La agresividad aparece más enérgica, la competividad más impulsiva, y la sexualidad una sorpresa.
Conocerlo, es un primer paso para su correcto encauce. Es una etapa muy crítica de necesidad de identidad y gregarismo que puede ser aprovechada por siniestros líderes, por sectas y fanatismos de todo tipo con consecuencias muy complicadas. A tener presente: el pandillaje se puede ver asimismo luego a nivel empresarial, bancario, comercial, hasta de países que se alían entre varios, y así por el estilo. Las ratas en determinadas situaciones así como los chimpancés pueden actuar también en temibles pandillas.

Otros aspectos interesantes de los Is. El Placer y las Emociones.

Los Is. se van impregnando filo y ontogenéticamente  de contenido emocional y memoria. No por nada están radicados en el mismo sector encefálico que la amígdala (emociones) y el hipocampo (memoria y aprendizaje). A los Is. no les son propios ni indispensables, sino más bien corresponden a agregados neoencefálicos que han ido evolutivamente apareciendo, incluyendo hasta la conciencia o reflexión sobre ellos mismos. En los mamíferos se hace muy patente lo anterior. 
Como si fuera poco, pareciera que la evolución fuera conduciendo, para perpetuación de la utilidad de los Is., hacia un agregado de placer durante el proceso y su culminación. Pensemos en el placer de participar en una competencia y en la victoria, en la consecusión de una comida sabrosa, en la actividad sexual y el orgasmo. El placer o displacer pueden aparecer ya en esa etapa primera de la apetencia o búsqueda hasta su resolución, siendo mayor la satisfacción si logra su objetivo propuesto, a modo de gran recompensa. Es de gran importancia su reconocimiento en los Is. sexuales., por ejemplo. Se complacen y refuerzan a sí mismos. 
Más aún la evolución se ha empecinado en hacer aparecer y sofisticar cada vez más un Sistema de Recompensa Cerebral correspondiente a nivel encefálico de un conjunto de grupos neuronales, sus axones, sinapsis, sustancias dopaminérgicas y otros neurotransmisores que interviene en los procesos de gratificación, un enorme capítulo de la neurobiología que se relaciona también con los instintos, pero especialmente con el placer y displacer, los mecanismos de gratificación y recompensa, las dependencias psíquicas y físicas (adicciones) tanto a sustancias químicas como a situaciones vitales especiales... Trataremos de ahondar algo más en ello, posteriormente.
Y no sólo se impregnan de emociones como placer, sino también de emociones como ansiedad, miedo, alegría, tristeza, rabia, dolor, celos, etc….Además pueden darse tanto en una manifestación individual de comportamiento como en una grupal o colectiva (contagio emocional). No es tan raro de observar una turba a la que se le van sumando individuos, detrás de un delincuente, en  un ataque incendiario, en un ataque a una embajada, una cacería, en los ataques concertados entre chimpancés por territorio o alimento, y hasta en las jaurías de perros que llegan a atacar cualquier cosa que se mueva o tenga la mala fortuna de pasar por ahí, como expresando en éste último caso entre otras cosas: total en algo hay que divertirse, entretenerse o matar el tiempo (obedecen habitualmente a un líder de la manada). Nótese: debe haber un líder y también una manada, y esto me parece no ha sido muy bien estudiado y difundido en el humano, digamos por lo menos en lo que a sus raíces biológicas se refiere. Nada se saca  con mantener añejándose los trabajos archivados en preciosas y ordenadas bibliotecas.
En síntesis, como los Is. van dirigidos a la sobrevivencia del individuo y de la especie, siendo tres los aspectos fundamentales para la existencia y permanencia del vivir: alimentación (metabolismo), reproducción (asexuada o sexuada) y medio ambiente (territorio, condiciones geológicas y climáticas adecuadas, que proporcionen como mínimo agua, carbono, nitrógeno, y fuentes de energía interna y externa), los instintos serán adaptaciones al servicio de estos fines. 
El instinto requiere manifestarse; de ser reprimido o no poder realizarse ello puede llegar a ser causa en el humano a lo menos de algunos tipos de trastornos psicológicos, psiquiáticos, o conductas antisociales a los que habrá que estar atentos.  

6.- CARACTERÍSTICAS DE LOS INSTINTOS 
Ciertas condiciones para ser tales. El curso de los años y los Ins.

Según William McDougall los instintos para ser tales deben reunir cuatro condiciones:
1) Existir sin aprendizaje; 2) Manifestarse como universales a la especie; 3) Tener otros paralelos en especies similares; 4) Contar con estructuras anatomofisiológicas para realizarse en comportamientos (citado por O. Quijada, Diccionario Integrado de Sexología, op.cit.).
No se dan habitualmente puros sino en combinaciones de ellos, donde uno en ese momento es preponderante y los otros sirven de apoyo. El I. de Agresión es bastante ubicuo y al parecer no hay acción animal o humana donde buscándole no se le encuentre. 

El curso de los años y los Is.: 
Cada uno de ellos tiene su peak, no se agotan con la edad, pero sí se temperan poco a poco. Además presentan ciertas diferencias según el sexo, no son iguales en machos y hembras. Más adelante se verá algo más sobre ésto.

7.- TIPOS
Como ha sido dicho los Is. están al servicio de las tres condiciones básicas para el vivir y la sobrevivencia: Alimentación, Reproducción, y Medio Ambiente (Seguridad). A continuación revisaremos algunos de los tipos de Is. más característicos. 
Siendo producto de las mutaciones y la selección, conducentes a la evolución, con las correspondientes salvedades y diferencias, aplican tanto a hombres como a animales. Igual hay algo de arbitrario como en toda tipología, pero en fin puede sernos útil para un mejor entender. Entre ellos hay cooperación, sinergismo, conducente a un fin común, pero también de antagonismo y hasta anulación entre ellos, por ejemplo de un I. de alimentarse o aparearse, por el de fuga o huída, si las condiciones no son para nada favorables. En ciertas situaciones se han observado tres funcionando al mismo tiempo: agresión, sexualidad, fuga; Puede que uno prevalezca sobre los otros. En la realización del impulso sexual puede darse en algunos casos una etapa previa de agresión intimidante (K.L.). 
Otro aspecto no menos importante es que la agresividad, territorialidad e instinto de alimentación, por  ejemplo se dan en competencia intra e interespecies al competir por habitats adecuados que los favorecen por los mismos motivos, con enfrentamiento o acuerdos a la manera de domesticación o co-evolución, aprendiendo a respetarse y a compartir recursos.
Los he ordenado por orden alfabético.
Pero antes de ello, detengámonos en cómo los ha clasificado el maestro, Konrad Lorenz (1965), para quien el instinto es un patrón fijo de conducta desarrollado filogenéticamente, beneficioso para la especie. Igual acepta una gradación desde los innato a lo aprendido, a la manera de dos extremos comunicados, como través de una línea continua susceptible de interacciones.
Señala para todas las especies animales 5 tipos de instintos:
1º) Alimentación: 2º) Reproducción; 3º) Agresión; 4º) Fuga (Huída), que constituyen los 4 grandes; y 5º) los Instrumentales para servir, compensar o combatir a los 4 anteriores, como pu+eden ser nadar, volar, correr, picotear, roer, excavar, de limpieza, a modo de ejemplos. A su vez al instinto agresivo lo considera originado en la existencia de tres elementos necesarios o funciones: territorialidad, jerarquía y sentido de pareja y familia (K.L., Sobre la agresión, op.cit.).  
Y aquí me echo nuevamente a toda la Academia de Etólogos encima al agregar los Is. de competividad, conservación, defensa, entendimiento interespecies, jugar, sexuales, social,  y otros que se pueden adicionar a los Instrumentales pudiéndolos llamar instrumentales sensoriales: Olfatear, Tocar, Mirar, Escuchar, Lamer, maneras de obtener información o escudriñar el entorno.
Vamos a la clasificación y descripción que proponemos.

1) I. de Agresión  
Pelea de gallos ajíseco. Hernán Rojas Urzúa. Oleo sobre madera. Foto arr 2013.
Es el que lleva al hombre como al animal a combatir contra los miembros de su misma especie…un instinto como cualquier otro y, en condiciones naturales, igualmente apto para la conservación de la vida y de la especie”. (K.L., Sobre la Agresión, op. cit.). Por tanto no la considera asimilable a la pulsión tanática freudiana, de la cual el mismo S.F. mantuvo una posición más bien crítica. 
En todo caso, en el otro ser permite ver un potencial enemigo y no un amigo, al cual hay que demostrarle cuál es el más fuerte y digno de mayor jerarquía. Se trata de demostrar ante los demás cuál es el macho, hembra o la pareja alfa.
La agresión podrá ser física y/o verbal, puede ser o no violenta, podrá efectuarse individual pero también colectiva. A nadie escapa que la agresión puede o no ir acompañada de aullidos, graznidos, ladridos, rugidos, gruñidos, gritos. Las jaurías de perros atacan en medio de fuertes ladridos, y no creo que los ataques indígenas apaches o sioux que iban acompañados de ensordecedor griterío defendiendo su territorio sea invento de Hollywood. Por lo demás los araucanos hacían otro tanto, también con intención intimidatoria. 
Los impulsos agresivos necesitan expresarse, se van acumulando; y si se les da el motivo: ocupación territorial, disputa por fuentes de alimentación, o por recursos hídricos, por pareja, por condiciones de hacinamiento, se van a desatar como sea.
Se va a dar por sorpresa, o con previo amedrentamiento, intimidación, amenaza. Luego procede el ataque, forcejeo y zarandeo, situaciones de apaciguamiento por parte del agredido que usará o no sus mecanismos de inhibición: a veces determinados olores, aspectos juveniles en las crías, ser hembras, actitudes o posturas en los vencidos, etc... Se va a producir daño, huída si se puede, o muerte. Son etapas que puede mostrar. La mayor parte de las veces estas fases están ritualizadas. 
A la agresión se opone el apaciguamiento, gracias al cual no se va a llegar necesariamente al daño sino hasta eso: dejar bien sentado cuál es el vencedor. Se puede ver en nuestros deportes, torneos, competencias varias. Los mecanismos de inhibición del instinto agresivo intraespecífico, por ejemplo los olores propios de la especie, actitudes de apaciguamiento en forma de ademanes de sumisión y modo o comportamiento infantil, ritual de salutación, evolución del vínculo anónimo al vínculo personal, están muy bien documentados por KL.

Otro recuerdo colegial.
A propósito, siendo alumno del Liceo de Hombres J. V. Lastarria, presencié algo que ocurría también de repente en otros liceos de hombres: cada cierto tiempo hostilizaban a un compañero, habitualmente de ciertas características poco habituales, o pajarito nuevo, o porque simplemente les daba la gana. Un grupo concertado de muchachos lo perseguía en el recreo arrinconándolo en alguna de las salas vacías. Allí procedían a bajarle el calzoncillo y a hacerle la peladilla, que consistía en recortarle a la fuerza o tironearle los vellos púbicos y genitales, o ensuciarle la zona, todo ello en medio de los correspondientes forcejeos, griterío, sujeción, y patadas defensivas. Daba la impresión que mientras más se defendía la víctima, más entretenido y agresivo se hacía el jueguito, generalmente consiguiendo su objetivo. 
Me tocó ver que a un amigo mío, compañero de curso, lo tenían acorralado, y éste al encontrarse en esta situación extrema, se echa de espaldas en el suelo, abriéndose de brazos y piernas en actitud de entrega, les grita: “Hagan de mí lo que quieran”. Bastó esa actitud y esas palabras para que los agresores quedaran paralizados e interrumpieran la diversión. Mi amigo al parecer había recurrido a una ancestral maniobra instintiva de apaciguamiento.

Reflexiones en torno a la Agresión
Porque, tampoco la vida parece haberse ido dando como una taza de leche ni tejida en un telar de puro amor entre iguales. Más aún, hay una rudeza u hostilidad que también proviene del medio ambiente biótico y abiótico. El paraíso no existe. La agresión es bastante ubicua y si se busca se encuentra hasta en las más mínimas y aparentemente inocentes acciones. Habitualmente son de macho contra macho o hembra contra hembra. Claro que en general son más bien rituales no mortíferos en condiciones naturales, con el resultado de poner un cierto orden en la existencia y convivencia. 
Ello no ocurre en condiciones de cautividad y hacinamiento, porque en estas situaciones se asemeja a la reacción humana, cuando de agresión intraespecífica se trata (ver Metropolitanismo Biológico, en este mismo blog).
En la condición humana se ha agregado el agravante de una civilización de comerciantes basada en la explotación (todo se compra, todo se vende) de lo que se te ponga por delante, incluido el congénere. Todo lo anterior se va a traducir en guerras tribales, o religiosas, batallas ideológicas, genocidios, esclavitud, criminalidad variada, etc…. Fuerte verlo y decirlo así, pero la historia humana está plagada de situaciones que así lo acreditan. Es cuestión de permanecer atento a la historia y a las noticias del día a día.
Puede haber agresión por ejemplo en la defensa territorial, en la pelea por alimento, en el planteamiento de jerarquías sociales (“orden del picotazo” o ley del gallinero), donde la selección natural muestra su fuerza, pero están también los combates entre machos por las hembras, donde el vencedor demostrará mejores condiciones para perpetuarse, actuando además ahora la selección sexual.
La selección sexual dará por ejemplo machos más agresivos en cuanto a la defensa del territorio, al alimento, la protección de las hembras y de las crías, la protección de la comunidad en unión muchas veces de otros machos igualmente fuertes, que persiguen a los intrusos, o protegen haciendo ruedo en torno a los más débiles. En las sociedades matriarcales como las abejas (ejemplo de matriarcado absoluto), las hormigas, elefantes, hienas, algunos cérvidos y ballenas son las hembras las que asumen el cuidado de la prole y familia, por tanto son ellas las que presentan esta agresividad, de defensa de la progenie. La hembra humana es capaz de otro tanto.
Las situaciones se han ido dando como se han ido dando, y desentrañarlas es labor de biólogos y paleontólogos. 
Igual la agresión ha contribuido a la conservación del individuo y de la especie, a su progreso, a lograr sobreponerse a esa agresividad o la hostilidad que a su vez proviene del medio ambiente. Sugerimos leer Sobre la Agresión de KL, donde la describe gracias a sus investigaciones, analiza, ejemplifica, plantea los por qué, y para qué, da respuestas, señala ventajas y desventajas y lo hace a nivel animal y humano.

2) El Instinto de Alimentación 



Pareja de aguiluchos al acecho
Está presente, a modo de ejemplo, en el piar y apertura del pico del pichón de paloma exigiendo alimento, en el llanto del bebé que necesita comer y protección, o en la aproximación instintiva de los cachorros al pezón de la madre para la succión de la leche, guiados por el olfato y el tacto. ¿Cuántas criaturas a todo nivel zoológico se han podido salvar gracias a este mecanismo básico de pedir ayuda para alimentarse?. Es interesante ver cómo a poco de nacer los cachorritos de perro por ejemplo se dirigen instintivamente hacia las mamas de la madre sin que ella haga mucho esfuerzo individual de atraerlos, salvo sólo ponerse en una postura accesible. Se puede observar cómo se le aproximan y disputan por una mejor posición, pasándose a llevar unos por sobre los otros. Implica mecanismos de conquista y defensa de lo conseguido.
"Algo tendrá que haber por ahí..." Zorro culpeo. Foto del Prof. Andrei Tchernitchin V., durante viaje al sur de Chile.


"Alimentando bien al hijo para el largo camino por la vida".Foto del Prof. Andrei Tchernitchin V., en el sur de Chile.

3) Instinto de Competencia
Se trata de un instinto filogenéticamente muy antiguo, intraespecífico. También lo hay interespecies cuando lo que obliga a competir con otra especie es territorio, o alimento. En el otro o los otros se ve un potencial competidor.
Veamos la intraespecífica. Se puede ver en la competencia de las abejas macho, los zánganos, por fecundar a la abeja reina en el vuelo nupcial. Va configurando al macho alfa o el líder de la manada: este tipo de competencia se da en todas las especies animales a manera de un desafío para señalar cuál es el mejor dotado, el más fuerte, el que merece verse perpetuado por la atención de la hembra. El juego infantil entre hermanos o cachorros congéneres (perros, osos, humanos) es una forma juvenil preparatoria de manifestarse. Llega a extremos en el exuberante plumaje de exhibición en el cortejo de algunas aves (pavo real, faisán), o competencia en tamaños, otras características físicas, o demostración de capacidades en el canto o croar, en capacidad de elegir y preparar un mejor y acogedor nido, tener hartos bienes, fama, el mejor auto, o una abultada billetera.
Está en la base del comportamiento que en humanos lleva a pelear por el éxito tratando de destacarse, a veces en lo que sea, con extremos peligrosos y hasta grotescos de llegar a tener más músculos, deformarse la cara y dañarse los sesos a costa de puñetazos, pegarse el salto ornamental (con más vueltas en el aire, saltos mortales como se les llama familiarmente), acrobacias circenses, correr en vehículos o a pié hasta el desfallecimiento, tatuarse hasta por ahí donde Ud. se imagina, ponerse piercings también hasta por ahí (si no lo cree ya le tocará ver alguno, espero), equilibrarse en la cuerda floja entre edificios de altura, escalar los picachos más altos, acaparar posesiones, cargos, diplomas, medallas, dinero, poderes terrestres o extraplanetarios.
La competencia se va a presentar entre los estudiantes por culpa de exhaustivos horarios, exigentes materias enmarañadas, cargadas con exageración y endiosamiento por ejemplo de las matemáticas y geometrías (las hacen llegar a excesivos límites de elucubración abstracta y arbitraria, al modo de nuevas religiones, con sus pontífices, catedrales y todo; He conocido, por ejemplo, a destacados psiquiatras intentando reducir hechos biológicos a fórmulas matemáticas, algunos ecólogos también van por ahí…), así como inclusión de literatura en textos mamotréticos de prolíficos autores, que consiguen efectos contrarios a los deseados (¿o los deseados, conscientes o inconscientes, son realmente desconcertarte y apabullarte?.
Otro destacado científico con quien discutía, digamos más bien intercambiaba ideas, me contestó una vez ya algo fastidiado: "La existencia de Dios hasta te la puedo demostrar con fórmulas matemáticas...". 
Todo ello conduce a muchachos que se angustian y deprimen; desorientados dudan de sus capacidades, llegan a abandonar o a cambiarse de una carrera a otra. Planes de estudio y exigencias que rayan en el sadomasoquismo, que no toman en cuenta la diversidad maravillosa de capacidades y sus potencialidades. No lo están pasando bien, en una época de la vida que quizás sea la más hermosa: el descubrimiento del vivir y sus curiosidades, del ser uno mismo, de la sexualidad, de la sensualidad.

Otras reflexiones, esta vez sobre la competividad (se la puede saltar si lo desea...)
Cuando uno llega a cierta etapa de la vida en que pocas fuerzas, entusiasmos y capacidades le van quedando, habrá que pensar, digo yo, en que si volviera a vivir de nuevo me tomaría todo con menos seriedad, con más humor, más relax, con menos horarios que cumplir. Contemplaría más aún la naturaleza, haría más amistades, acompañaría todavía más a mis padres y abuelos (se puede aprender mucho de ellos), pertenecería más a grupos de intereses similares, trataría de estudiar lo que realmente más me conmueve, sería más sencillo, menos consumista. 
Conversaría, bailaría, cantaría, y caminaría más. Escucharía más a las mujeres, que son sabias por naturaleza (como en todo, hay hartas excepciones, y ojo con ellas). Daría más abrazos, dormiría y soñaría más. Aceptaría poniendo en práctica los buenos consejos (el asunto está en que cuando los recibiste, acaso ¿se te ocurrió en ese momento que eran unos buenos consejos?).  
Me alejaría antes de la metafísica y la religión –igual me sirvió para conocerlas-, acercándome antes a la biología y a la paleontología…indispensables para entender al hombre como ser biológico y a su salud, o sea a la medicina. Por ser fascinantes, se corre el peligro eso sí de quedarse entusiamado y entrampado solo en alguna de esas ciencias. Habrá que advertir que es bueno no perder de vista las otras ciencias como tampoco lo sociocultural, que a veces es lo que manda...
Aceptaría que la vida tiene sus problemas, porque si no los tuviera, la vida no sería vida, y lo asombroso que es comprobar cómo y con tan poco, lo suficiente, se puede llegar a ser feliz.
En fin así hemos ido llegando los humanos hasta donde estamos, ¿contentos?, siquiera ¿serenos?, ¿satisfechos?, ¿conformes?. Hay enfermedades ligadas a la competitividad extrema y al ritmo de vida actual (occidente capitalista): tiene un costo a la corta o a la larga para los trabajólicos y a los adictos al trabajo,  además de los traumatismos con causa muerte o invalidez propios de las hazañas o sus intentos, aparecen otros como el estrés mantenido, infelicidad, hipertensión arterial, insuficiencia coronaria (infarto miocárdico), accidente vascular cerebral, síndrome de intestino irritable, refflujo gastroesofágico,  hiperacidez gástrica, úlcera péptica, diabetes, suicidio, neurosis varias, depresión, ansiedad, angustia, insomnio. Quizás si también el tabaquismo, el alcoholismo, y la drogadicción alguna raíz tengan en esto. 
Se restan más años de vida y de calidad de ella. Se ven más propiamente en los hombres, pero se están feminizando, por entrar la mujer de lleno y cada vez al competitivo mundo laboral. Chile es un buen ejemplo de ello. Citemos a K. Lorenz (Sobre la Agresión, op. cit.): “Solía decir en broma mi maestro, Oskar Heinroth, que: Después de las alas del faisán, el producto más idiota de la selección intraespecífica es el ritmo de trabajo del hombre civilizado occidental. La vida apresurada que nos ha hecho nuestra civilización industrializada y comercializada es efectivamente un buen ejemplo de evolución impropia, debida exclusivamente a la competencia entre congéneres”.

De cazadores-recolectores a comerciantes-consumidores anónimos. 
Se estima que hace unos 200.000 años atrás nuestros ancestros recorrrían la sabana africana imbuídos de una intensa actividad que daba, mantenía, protegía e incrementaba la vida,  a la manera de una estrategia de sobrevivencia que ha sido llamada de cazadores - recolectores o etapa de la sabana africana, que incluía reciprocidad y vida en clanes (la parte cazadora es practicada principalmente por machos y la recolectora, por la hembras). Esto se ha mantenido, con variantes hasta nuestros días.
Hoy se ha planteado que estamos entrando a otra: la de comerciantes-consumidores anónimos, según Michael Shermer, citado por Alvaro Fischer (op.cit.). Esta vía, que está conduciendo al neoliberalismo de comerciantes-consumidores anónimos actual, tratando de substituir a la de  cazadores-recolectores, es casi diabólica y se apoya en la competencia despiadada y en el estruje de unos a otros. Ya veremos que al concepto de diabólico o satánico le damos aquí una connotación bioquímica, endocrina, testosterónica para ser más precisos.

4) El  I. de Conservación (Si bien algo arbitraria, en todo caso una forma muy general de denominarlo y diferenciarlo, útil a fines didácticos).
Casi más que un instinto es una característica vital. Eric Pianka (1974): “La vida comenzó con el primer agregado autorreplicante”, sobre el cual, añadimos, comenzó a actuar inmediatamente la selección natural como hecho universal. Este I. se enlaza además con el concepto de autopoiesis (H. Maturana y F. Varela, 1972): lo que esencialmente caracteriza  al ser vivo es su capacidad de autopoiesis, condición propia de la fenomenología biológica. Pasan a constituir unidades autónomas, moleculares, con propia dinámica interna para producirse y también para reproducirse, constituyendo un todo coherente.
Lo anterior enlaza con el concepto actual de resiliencia, que viene en constituir una característica también del vivir, su tenacidad.
En defensa de la existencia del I. de Conservación planteo que es primigenio, globalizador, que integra a todos los otros, movilizando todos los recursos disponibles para sobrevivir y multiplicarse,  quizás porque como se dice en España: es más listo que el hambre.
 Tal vez poco ortodoxo biológicamente llamarlo así, I. de Conservación,  porque en el fondo corresponde también a una suma o convergencia  sinérgica de los otros Is. tras una finalidad compartida por todos cual es la sobrevivencia individual y de la especie. Es el que pone en acción a cada uno o a todos los otros cuando se da la necesidad, así lo veo.
Como no aparece como tal mencionado por los biólogos que he revisado, me expongo a las críticas porque estimo resume lo más básico, primario, por tanto paradigmático. Lo quise mencionar al comienzo (luego decidimos el orden alfabético) por ser el I. de Conservación el que por antonomasia los puede representar a todos. Más aún, es una característica vital básica.
En todo caso este I. de Conservación corresponde a esa manera tenaz y tozuda que tiene la vida de emerger, mantenerse y resistir las adversidades, aún a costa de tener incluso que transformarse filogenéticamente hablando cuando se dan situaciones límites de adversidad (evolucionar). Si nos ponemos freudianos, vemos aquí el instinto Eros o pulsión de vida (en contraposición con Tanatos o pulsión de muerte) que conviven en los seres vivos, por cierto también en el hombre.

Ya hemos visto que los Is. son diversos, que todos apuntan a un mismo fin, aún en las situaciones más adversas (y ello lo acerca a la resiliencia). Como todo tiene su contraparte, hay que hacer una distinción aquí de aquellas situaciones lamentables frente a enfermos terminales, incurables y desahuciados sometidos a veces al ensañamiento o encarnizamiento terapéutico que impide una muerte digna. Hay momentos en que las fuerzas realmente se agotan y el término se ve próximo. En la naturaleza y también en el humano se observa que quien se siente ya cercano a su fin, o desesperado, sin salida aparente, se va apartando del grupo, a la espera, o bien desaparece. Hombres he conocido, viejos y enfermos ya, que sin decírselo a nadie casi con lo puesto se van de la casa e inician un caminar, en Chile a veces hacia el sur, para luego ser encontrados a la orilla del camino, de un río, o en alguna acequia. Tal vez algunas formas de suicidio, en seres enfrentados a callejones sin salida, responden a situaciones parecidas.

5) I. de Defensa



"Veamos como te sienta este bocadito". Pez erizo, Acapulco, México. ARR. 2012.
Cuando la agresión aparece como una amenaza o peligro al individuo, como respuesta emerge esta forma instintiva de reaccionar, a su vez en tres formas básicas: de ataque o pelea, de paralización o congelamiento, o de fuga o huída. Hay otras dos formas muy curiosas, pero ni tan extrañas, que son: 1) la muerte fingida (en algunas serpientes, o la zarigüeya de América del Norte, y que ha salvado vidas humanas “haciéndose el muerto” en algún ataque, guerra o balacera), y 2) el permitir la pérdida de una extremidad (como en el caso de la cola de la lagartija o una especie de geco).
La naturaleza ha dotado a cada especie de una innumerable variedad de sofisticados y fascinantes mecanismos defensivos algunos incorporados a su anatomía como púas o espinas, corazas,  capazones, cornamentas, capacidad de inflación corporal, erizamiento, cambios de coloración, o escupiendo, mordiendo, picando, picoteando, o con el lanzamiento de tintas, o sustancias tóxicas, venenosas,  irritantes, o fétidas. Los mecanismos defensivos se pueden dar en forma individual o de grupo concertado contra un agresor común (en éste último caso, pensemos en una persona perseguida por un enjambre completo de enfurecidas avispas).
"¿Quiéres una cosquillita en el guargüero?". Aleta dorsal espinosa disuasiva y defensiva a todo evento. Foto ARR.

6) I. de Entendimiento Interespecies
"Nena, te tengo dominada". B. Aires, febrero 2013. ARR
Tan interesante como lo anterior, es que cumpliendo su origen filogenético, en general podemos darnos cuenta sin necesidad de aprendizaje previo, que tales o cuales manifestaciones comportamentales en la otra especie están expresando firme disposición de defensa territorial o intentos de hacerte parte de su alimentación, o bien que se tratan de manifestaciones amistosas. 
Una vez observé a un chimpancé que estaba viviendo tranquilo en una pequeña isla, el que no más ver a quien se acercaba en el bote, comenzó a agitar el cuerpo, mostrar los dientes, correr de acá para allá pero sobre todo zamarrear enérgicamente las ramas del follaje de árbol o arbusto que encontraba a su paso (de igual manera hacen los jóvenes encapuchados de aquí y otras latitudes durante las protestas con la pobre señalética y frágil farolería de nuestras ciudades). No estaba contento con esa visita, ni su proximidad, menos aún si no llevaba un cargamento visible de bananas. Se comprende que no eran desde luego señales de amistoso saludo, sino el mensaje de: "no se te ocurra por ningún motivo desembarcar aquí, o asumes las consecuencias….".
Cualquiera entiende que un lobo que muestra los colmillos no significa que te esté sonriendo, o que una serpiente se alce sobre su cola al verte no significa que quiere que le hagas cariño. Se trata de la existencia de un comportamiento también instintivo, innato, de lectura o entendimiento de lo que el comportamiento de otro, de diferente especie, le significa a uno. ¿Cómo lo podríamos llamar?: propongo Instinto de Entendimiento Interespecies
Indudable prueba de su existencia es también la impronta o apego afectivo que se produce en las ocasiones en que una especie diferente acepta a otra para su crianza, alimentación y defensa, ya sea empollando huevos ajenos o cuidando y dando de mamar a una criatura indefensa o abandonada por la madre biológica, situación bastante más frecuente que lo que se piensa. 
Puede haber sido la base que originó la domesticación de los animales: del perro (cuyo origen es el  lobo, se estima en unos 10.000 años a.C.), oveja, cabra, cerdo, vaca (entre 8.000 a 6.000 años a.C.), del caballo (4.000 años a.C.) y así …, puesto que permitió establecer una especie de alianza interespecies, de beneficio mutuo, llevando a veces también a preguntarse, ¿quién domesticó a quién?. Cualquiera que haya tenido animalitos en granja, gallinero, jaula, pescera, o por último como mascota, se habrá dado cuenta de lo que significa esta dependencia o dominio recíproco.
La domesticación originó un proceso de co-evolución entre domesticado y domesticador, que tampoco se ha detenido. Se advierte que las cifras en años dadas aquí, en relación a la domesticación practicada por los humanos a los animales salvajes, es muy variable de acuerdo a las diferentes publicaciones, además de ir cambiando con ajustes propios de cada nuevo hallazgo de biólogos y paleontólogos. 
Al observar en un animal un comportamiento preciso en dirección a un objetivo, habrá que comprender y saber reaccionar, no vaya a ser que ese objetivo sea uno mismo. Es clásico atribuir al elefante un temor que le hace huir frente al ratón (por temor al parecer de ser mordido o que se le introduzca en su trompa); También frente al ratón he observado en humanos un comportamiento de fuga acompañado de un chillido especial similar al supuestamente emitido por el animal. 
Más de alguien al ver sorpresivamente una serpiente o araña pega un salto y sale arrancando. Puede ser también, si exagerado negativamente, el origen de rechazo hasta de fobias a arañas, culebras, perros, gatos, determinados insectos, etc…El rechazo o precaución frente a tal o cual animal, que en su momento fue útil y hasta salvador, quedó inscrito en el genoma, pudiendo como se dijo si excesivo, llegar en ciertas personas a constituir una fobia. 
En otras palabras, planteo que se ha logrado según parece, convivir y sobrevivir, también entendiendo los mensajes que instintivamente se entregan las especies unas a otras, algunos pacíficos y amistosos, otros decididamente agresivos. Estremece pensar en el abuso cruel cometido por los humanos frente a la confianza, lealtad, amistad que los animales nos han entregado. Y no sólo se ha abusado con los animales sino también con los propios humanos. Pensemos en la esclavitud, en el abuso de niños y mujeres. Muchos fueguinos, mapuches, fueron mostrados en recintos o en jaulas de ferias o exhibiciones, en Europa en el siglo XIX. 
Hay documentación de mucho antes, en diversas partes del mundo, de estos viles excesos empresariales.

Escena típica, oleo policromado sobre madera. El Salvador. Foto arr, 2013.
7) I. de Fuga o Huída
Soldado que huye, sirve para otra batalla dice la sabiduría popular. Otros dirán que fue un cobarde, un desertor, un mal patriota, pero lo cierto es que salvó el pellejo.
Por suerte se dispone de este comportamiento cuando la situación es imprevista, o insuperable. Se reacciona así frente a lo desconocido, el miedo o el pánico. Se pone en marcha todo el mecanismo psicomotor para resguardar la seguridad individual o colectiva (en este último caso a modo de contagio). En relación a ésto no son infrecuentes las reacciones de huída colectiva (estampidas les llaman) en situaciones de pánico, en estadios, discotecas, u otros recintos cerrados, con resultados graves y mortales. 
A nivel evolutivo, las aletas, las patas, o las alas, o la propulsión en pulpos, calamares o sepias, todas sirven además para arrancar a tiempo.

8) Instinto de Jugar



Madre gorila jugando con su hijo. Tomada del libro "Vida y Sexo" de Osvaldo Quijada, op.cit.

Definición: Es aquel que impulsa a establecer actividad psicomotora en forma de exploración de las propias capacidades, del ambiente y el territorio en que se vive, individual o con otros, sin mayor intencionalidad ni compromiso que el ser en sí mismo, en su disfrute. 
Se puede ver en toda la filogenia siendo más notable en los mamíferos: entre la madre y su crío, entre cachorros hermanos, solo, o con otros, y hasta con juguetes inertes. Posiblemente sea de aparición evolutiva más tardía, siendo en los vertebrados superiores donde se ve más estructurado, más sofisticado.
El jugar está incorporado en el genoma manifestándose desde que se nace, quizás intrauterinamente, al comenzar a usar sus sentidos aplicados al propio cuerpo, haciéndose  luego interactivo con la madre, el padre, los hermanos, otros cercanos, objetos, etc...
De importancia es su relación e integración con el instinto social, y los Is. sexuales (de hijo, maternales y paternales). Ya hemos señalado que los Is. habitualmente se dan en forma de integración de varios de ellos. 
De enorme importancia es el encuentro mutuo y apego que se establece entre madre, padre e hijo/a para el desarrollo armónico futuro de éste. De no darse, puede tener perjuicio propio y en las interacciones sociales posteriores, con efectos fisiopatológicos futuros. “En  términos generales este deterioro del desarrollo de un bebé  debido al desencuentro con la madre no es un fenómeno peculiarmente humano. En general cualquier bebé mamífero que no encuentra a su madre en el juego que lo confirma como bebé, tiene dificultades para crecer como un adulto normal capaz de vivir la vida solitaria o comunitaria de su clase” (Gerda Verden-Zoller, Amor y Juego, obra citada).
Quien esté interesado más en estos aspectos puede recurrir a los hallazgos de zoólogos primatólogos por ejemplo sobre la conducta de los bonobos, variedad de chimpancés, cuya estructura social muy pacífica, organizada y armónica se ha visto centrada en alianzas entre las hembras, juegos y actividades sexuales frecuentes. A todo esto, están en peligro de extinción. ¿Por acción adivinen de quienes?: los hombres, que los cazan e invaden sus territorios.
Hay Is. de Juegos Sexuales, o Is. Sexuales Lúdicos, que ya veremos.

9) Los Is. Sexuales (de Reproducción, Apareamiento,  Conyugación y Afectividad).



"Aquí estoy...!" Foto ARR, 2011.

Holden Caulfield: Durante un tiempo nos divertimos mucho, de una manera bastante extraña. El sexo es algo que no llego a entender del todo. Uno nunca sabe dónde cuernos está parado. Me la paso poniéndome reglas sexuales que rompo inmediatamente… El sexo es algo que no logro entender del todo. Les juro”.  J.D. Salinger (The  Catcher in the Rye, traducida como El Guardián en el Centeno, o El Cazador Oculto). 

Están presentes durante toda la vida animal pero en un momento en la pubertad, emergen cada vez con más fuerza. Se entrometen en tu vida, te impulsan, seducen, cautivan, sorprenden, fascinan y medio que te  descolocan.
Son los más difíciles de controlar, y sólo lo permiten en parte. Se manifiestan por ejemplo en Agresión y Erotismo. Incluyen los de Apareamiento como Amplexo,  Introducción peneana, Receptividad de la hembra; los de Celo o estro, Conyugación, Nidificación, de Apego, Maternos y Paternos, de Hijo, etc…Serán tratados luego más extensamente. Les juro….


En el Parque Forestal. ARR. 2013.

10) El Instinto Social 


En grupo se pasa mejor. Foto ARR, 2013.
Existe también el Instinto social, de pertenencia a una determinada especie y/o grupo social. La identificación temprana (imprinting) con los miembros de la propia especie es de importancia fundamental para el posterior también éxito individual y reproductivo. Constituye el germen de la formación de la familia. Desde un estado de grupo anónimo se pasa filogenéticamente a uno de lazos personales (KL). Va a permitir al vivir en sociedad un comportamiento que posteriormente puede ser como ha sido mencionado, por ejemplo Egoísta o Cooperativo, Altruista o Malicioso.
Es base necesaria para la mutua y general aceptación, entendimiento,
tolerabilidad, cooperación. Reconozco a éstos y aquellos como amigos, no como enemigos. Comienza con reconocimiento de pertenencia a la especie, a la familia, a la tribu; Luego se incorporarán mecanismos que conduzcan a la cooperación, amistad, cordialidad, empatía, al amor (si como tal existe). 
Se manifiesta como impulso de pertenencia y gregarismo (necesidad de identidad con los demás). A este respecto es importante observar el juego que se da entre las hembras primate y su hijo/a, por la importancia en el desarrollo armónico individual y en la capacidad de integración social posterior.
Variopinta familia conejil. ARR 2013.

Creo que el Jugar corresponde a una verdadera variedad de Instinto, quizás de adquisición más tardía, e instrumental (según la clasificación de K. Lorenz), de importante integración al I. Social al cual le hemos dedicado ya unos párrafos especiales.

11) I. Territorial  


"Explorando mi kilómetro cuadrado". 
Tigre Dientes de Sable, Museo Paleontológico

 de la Plata.
Definido como área defendida por un animal; varía entre especies de animales, dependiendo de la conducta social, la organización social y las necesidades de recursos (Smith & Smith, Ecología). Implica mecanismos de conquista y defensa. Su necesidad es tan obvia y elemental para la conservación de la vida, para alimentarse, para aparearse, nidificar, para en una palabra perpetuarse, que movilizará comportamientos competitivos y agresivos para su delimitación, la que una vez conseguida requerirá esfuerzos para  su  conservación  mantención, y defensa, y en algún momento incluso puede ser necesaria la búsqueda de nuevos territorios (emigraciones y migraciones).
La demarcación del territorio puede ser presencial de vigilancia, con o sin amenaza de agresión, u olfativa, feromonal, por colores, croar o trinos, rugidos, ladridos o aullidos, ronda, por ejemplo, y su mensaje está particularmente dirigido a los individuos competitivos de la misma especie.


Suricata, vigilando el territorio. Foto ARR, 2012.

8.- ¿APLICA ESTO A NIVEL HUMANO?

"Todo lo verdadero para una bacteria, lo es también para un elefante".
Prof. Dr. Jacques Monod (1910-1976), biólogo francés, premio Nobel de Fisiología o Medicina 1965.
Quien haya tenido la paciencia y curiosidad de llegar hasta aquí en la lectura de estos apuntes, podrá convenir que uno como ser humano puede irse viendo reflejado por lo menos en alguna de sus líneas. 
Al ser parte de la naturaleza, cada vez hay mayores evidencias de las similitudes entre los comportamientos (lo que algunos filósofos y sabios naturalistas desde hace siglos ya planteaban) entre los seres vivos, con sus complejidades y desde luego también diferencias. 
Los Is. se van a manifestar durante toda la ontogénesis humana. Si hay algo básico, indeleble, compartido, común entre los seres vivos, son los instintos. Quien no quiera reconocerlo hoy, tendrá que hacerlo mañana. Tampoco ha sido nuestra intención ahora convencer, sino plantear un camino.

Estimo que hay una no tan sutil diferencia entre comportamiento y conducta
Comportamiento, del latín cumportare, de cum: con, y portare: llevar, portarse. Manera de portarse, conllevar, lo que se lleva consigo, forma de actuar. Implica una manera más general de expresar una forma de proceder acorde con lo que se es, a lo filogenético, en el mundo biológico, más cerca de lo instintivo. 
Es algo estructural, aplicable incluso a objetos: un edificio se comportó bien con el sismo, así como a animales refiriéndose al comportamiento del pez en el agua, a un mono en cautiverio, o a un niño en  una fiesta. "Se comportó agresivo". "Se comportó de nuevo  como un cobarde".
Conducta, del latín conducta, de cum: con, y ducere: guiar, encaminar. Es un sistema de vida de acuerdo a la convivencia, a lo que se debe ser, a lo social, más cerca de lo educado y cultural. Es algo aprendido, aplicable sólo a seres vivos.  "Se condujo con amabilidad o mesura". "El abuelo condujo a los nietos a un lugar seguro".
En fin, lamento esa disquisición, pero a lo que voy es que lo instintivo, sujeto a la selección natural y sexual, o sea a la evolución y que está en la base del comportamiento, va  a ir siendo modelado, normado, educado, conducido, por la tradición cultural que también es cambiante y variable, transformándose en conducta. De esta interacción recíproca va a resultar la situación personal y colectiva que a cada quien le va a tocar vivir, con sus alegrías y sufrimientos, pero indispensable para que la vida humana continúe y se vaya adecuando a la variabilidad que a todos los ecosistemas afectan. Ambos expresan sabiduría biológica.
Los Is. están mucho más presentes en el comportamiento humano de lo que parece. De hecho los acontecimientos diarios, y para qué decir los históricos, lo evidencian permanentemente, en sus múltiples aspectos positivos (los más) al presentar al hombre como realmente es, pero también en sus desbordes y aspectos negativos, al  mostrarlo como ha llegado a ser, desnaturado, de tanta frecuencia que parece ni asombrarnos, ni necesario tomarlos en cuenta, menos investigarlos y conocerlos.
Supongamos que un observador objetivo de otro planeta, Marte por ejemplo, estudiara el comportamiento social del hombre con ayuda de un telescopio cuyo aumento fuera insuficiente para alcanzar a reconocer los individuos y seguir su comportamiento individual pero que sí le permitiera ver grandes acontecimientos, como migraciones de pueblos, batallas, etc. Pues bien: nunca se le ocurriría pensar que el comportamiento humano estaba regido por la razón, ni siquiera por una moral responsable. Suponiendo que nuestro observador extraterrestre fuera un ser puramente razonable, que no supiera nada del funcionamiento de los instintos en general y el de agresión en particular, ni de cómo su funcionamiento puede ser erróneo, se vería bien apurado para hallar una explicación a nuestra historia” (KL).
El tema del desborde los Is. en lo cuaternario del comportamiento instintivo humano lo desarrollamos más adelante. Hay un aspecto de él, que es el Metropolitanismo Biológico, bien expuesto en este mismo blog, a sólo un click de vuestros diestros dedos…
Podemos notar como en base a los instintos, bien o mal, se va hilando la vida y construyendo la historia humana.

¿Qué hay de nuevo, viejo?     “Acabar con la larga soledad” (Loren Eiseley).
Siendo tan antiguos como la vida misma, en los últimos decenios con la irrupción frontal de la etología como ciencia del comportamiento animal, sobre todo en su dimensión comparada, se ha ido manifestando cada vez más claramente lo que centenares y miles de años atrás ya algunos planteaban. Podríamos decir que es gracias a Darwin que se le da el impulso definitivo con los principios de la selección natural y sexual, y con ello al de los instintos en el árbol filogenético…
El panorama se hace cada vez más claro, más científico, y ahí para adelante no hay quien lo detenga. Los Is. se han ido conociendo, perfilando y valorando (espero) cada día mejor. Están ahí, presentes, no se han ido, permanecen más vivos y actuales que nunca, tal vez disfrazados por ropajes culturales, pero cada vez menos dispuestos a ser negados y ninguneados.  
Pongamos nuevamente atención a K.L. que lo expresa así: “Todas estas sorprendentes contradicciones (del quehacer histórico humano) tienen una explicación nada difícil y pueden ordenarse y organizarse correctamente en cuanto se llega al conocimiento de que el comportamiento social del hombre, lejos de estar dictado únicamente por la razón y las tradiciones de su cultura (moral), ha de someterse a todas las leyes que rigen el comportamiento instintivo de origen filogenético; y esas leyes las conocemos muy bien por el estudio del comportamiento animal”. (Sobre la agresión, op. cit.)
En otro de sus extraordinarios programas de RTVE,  Eduardo Punset en Redes (Entender a los delfines), entrevista esta vez a Diana Reiss (experta en cognición de delfines, en los que destaca su gran inteligencia y altruismo). Ella cita a Loren Eiseley quien acuñó la frase “Acabar con la larga soledad” referida a que los seres humanos de una vez por todas tienen que entender que somos sólo parte integrante del planeta, que hay criaturas con las cuales compartimos no sólo instintos, sino también inteligencia, emociones, reflexiones, uso de herramientas, necesidad de comunicarse, de formar familias y culturas.
Entre todos los seres vivientes debe predominar el respeto y la protección mutua. Y no voy a seguir porque estoy en riesgo de ponerme también mamotrético (palabra que si no existe, trataremos de darle vida). 
Vamos a algo más entretenido.
Destacar que los Is. están allí, que lo peor es ignorarlos o ningunearlos. Que pueden ser estudiados, sistematizados, clasificados, que hay más de ellos que lo que aparentan, que emergen a cada instante, que son de importancia crucial en la vida y desarrollo, que con las debidas pocas diferencias, los compartimos con los demás animales, que deben ser abordados por la biología (etología) y difundidos en forma amable y entretenida (como por lo demás debe ser cualquier enseñanza) a todo nivel, empezando por el escolar, que deben ser rescatados de las manos de la metafísica, que los Is. Sexuales son muy importantes, tanto como los otros, y deben ser estudiados en forma sistemática. Que se hace imprescincible mantener extensas áreas de aire, mar y tierra, protegidas, a modo de grandes reservas de la naturaleza, para la preservación y vida libre silvestre. En ésto los organismos internacionales deben fomentar leyes drásticas que lo permitan y fomenten. 

9.-LOS INSTINTOS SEXUALES: INSTINTOS DE REPRODUCCIÓN, APAREAMIENTO, CONYUGACIÓN y AFECTIVIDAD. 
Aspectos Generales. Otros Imprintings. Ojo Amantes. La Libido. Diferencias entre Hombres y Mujeres en cuanto a los Is. Los Is. Sexuales. Los Cuidados Parentales.  Is. Sexuales de Juego o Lúdicos.
"Tres son multitud". Tortugas de oreja roja. Trachemys scripta. Los machos son más pequeños, tiene la cola y las uñas de las manos más largas. Foto ARR, 2012.
En los animales que tienen los sexos separados habrá en la mayoría de los casos, lucha entre machos por la posesión de las hembras. Los machos más vigorosos, o los que han luchado con mejor éxito con sus condiciones de vida, dejarán generalmente más descendencia. Pero el éxito dependerá muchas veces de que los machos tengan armas, medios de defensa o encantos especiales, y una pequeña ventaja dará la victoria”. (Charles Darwin. El Origen de las Especies. 1859).

La primera vez que un ser se acercó a otro siguiendo un propósito diferente que el de devorarlo, fue para poseerlo (B. Subercaseaux. Citando a Pierre Janet: Interrogaciones: 94).
Los hombres gustan imaginarse a sí mismos aparte y por encima de la naturaleza”. K.L.

ASPECTOS GENERALES
La sexualidad, el sexo como tal, aparece temprano en la filogenia, dándose entre los seres vivientes más simples hasta en los más complejos, "siendo común en los organismos eucariotas -un 99.99% de ellos lo practican al menos en ciertas condiciones- desde los organismos unicelulares como los protistas pasando por los hongos unicelulares como las levaduras, hasta organismos multicelulares como las plantas, hongos y animales..." (Daniver Morales Nejaz, op.cit.).
Nos detendremos en los Is. Sexuales, y nótese, decimos los Is. y no el I.. Confieso: su revisión fué el motivo original que me llevó a esta presentación. De acuerdo, la hizo más larga y ¿tediosa?, pero era mejor tener una mirada panorámica general, para después poder enfocarse en ellos. 
Los Is. Sexuales, bastante eludidos, son importantes, trascendentes, y fundamentales en la evolución por medio de la selección sexual, que actúa a modo de un acelerador de la selección natural. Decíamos que son básicos, centrales, en ocasiones los más difíciles de controlar y reprimir, los más díscolos, sobretodo si se asocian en su momento, como suele suceder, con los otros: agresión, territorialidad, competencia. Si se reprime, emergen de alguna manera con otro disfraz.
Constituyen un tema central de la sexología, estudio que acometió magistralmente Osvaldo Quijada y a quien no se le han otorgado los méritos que le corresponden. Por lo demás, y al César lo que es del César, ya en su Origen de las Especies, Darwin nomina y acuña el término Selección Sexual por primera vez y la destaca.
La Reproducción Sexual permite nuevas combinaciones genéticas y ha sido el gran impulsor a través de la Selección Sexual, de nuevas y diversas especies. Los Is. Sexuales implican una serie de recursos y puesta en marcha de manifestaciones de comportamiento instintivo de conquista y defensa de lo conseguido: territorialidad, posesión, agresión, mecanismos de huída o fuga, jerarquía, sentido de pareja y familia, etc…. 
En otras palabras hace participar y moviliza a otros Is. actuando recíprocamente en forma sinérgica, de atenuación, o antagónica. El dominante con mayor instinto sexual, con mejor territorio, más alimento, se va a reproducir más (mayor éxito reproductivo). Este éxito va a depender también de la existencia de mayor o menor cantidad de hembras fértiles (úteros fértiles).
La búsqueda de pareja, receptiva o adecuada, como recurso que es, va a generar competencia intraespecie, tanto entre machos como entre hembras. Una vez obtenida la pareja y fecundada, sobreviene en las especies más evolucionadas el cuidado de la progenie. A este respecto interviene el gen egoísta en su acepción o aptitud inclusiva, de perpetuación no sólo de los particulares individuos sino además de los descendientes de una misma pareja en una situación de altruismo recíproco. 
Se va a manifestar aquí intensamente el fenómeno de impronta (imprinting, K. Lorenz) que puede favorecer la adaptación y por lo tanto la evolución. El imprinting permite el reconocimiento de la propia especie diferenciándola de las otras, de importancia vital para el éxito reproductivo, al reconocerse la cría a través de la pareja progenitora (los padres) como un miembro más de esa especie.
Al nacer pasa a constituir la primera y más importante impronta en la vida. Por ello podríamos llamarla la Impronta Mayor o Materna, porque estimo que luego suceden otras, si bien no tan trascendentes o evidenciables, que se van dando en el curso de la vida en ciertos momentos críticos, y que también van a marcar para bien o para mal el futuro de ese individuo.

Otros Imprintings  
Estimo que pueden ser planteadas otras improntas. A mi parecer luego en la vida se dan otros imprintings (impronta o fijación estético-afectiva), además de ese primero, el más importante, fijado a la imagen materna o a quien la represente Primero son estético-afectivos para luego hacerse más erótico-afectivos (en gradación, avances y retrocesos, como la vida misma). Sugiero que pueden haber otros imprintings correspondientes al primer hogar, a la primera amistad, al primer beso adolescente, etc.... 
Estos otros se pueden observar sobretodo en la pubertad, al comienzo de la adolescencia, respecto al primer beso, al primer enamoramiento, a la primera erección, al primer coito, y otros. Tienen mucha relación con el Is. de Conyugación que impulsa a buscar en el otro esa pareja que va a complementar, a ayudar a formar desde un yo un nosotros, y en eso nos podemos pasar la vida con mejor o peor suerte. Feliz quien la encuentra (o por lo menos cree haberla encontrado).   
Estimo que es un tema poco investigado y conocido, de amplio interés. La historia, que se ha encargado de recoger la literatura, nos ha dejado ejemplos de ello con Dante Alighieri y Beatriz, Romeo y Julieta, Ulises y Penélope y tantos otros.
En el cuidado de la progenie, en la formación de una familia, o tribu, se va a manifestar una necesidad de un pegamento, de algo que una o aglutine, y ello se va dando filogenéticamente a manera de tolerancia mutua, respeto por el otro, cooperación, cordialidad, amistad personal, empatía, lealtad, hasta llegar al amor, todo lo cual lo podemos basar en una capacidad llamada AFECTIVIDAD, así, con mayúsculas. 
La podríamos definir así:  disposición natural de relación afectiva (por tanto de cariño o aprecio) con cosas o seres, especialmente personas. Quien observe una conyugación animal y sobre todo un emparejamiento humano que dura y se mantiene en el tiempo, verá que todo ello, lo mencionado y subrayado, se ha tenido que ir dando, por lo demás algo nada de fácil, tanto para los pingüinos como para el hombre. Todo un capítulo de la Etología Sexológica.

OJO AMANTES A tener presente.
--Que las improntas también pueden no darse, si por ejemplo no hay quien acoja con afecto a ese recién nacido, o a ese enamoradizo; o bien puede darse pero distorsionada, poco natural por llamarla de alguna manera, siendo en estos casos de una gravedad e importancia fundamental para el desarrollo y formación de esa persona. Se pueden presentar en el futuro patologías o disfunciones individuales (neurosis, psicosis, trastornos de personalidad, otros),  y/o sociales, en forma de conductas antisociales o delitos.
--Que las improntas, así como son fáciles de crearse, sobretodo cuando de la primera vez se trata, difícil problema es deshacerla o reorientarla llegado después el momento o necesidad de ello (la separación de los amantes: puede llegar a ser peor que la muerte, una verdadera catástrofe para el yo, Igor Caruso, op.cit.). Menudo problema constituye tener que asumir la situación de aceptar y aprender a procesar una separación o una pérdida.
--Que quien esto escribe confiesa que a estas alturas de la vida lleva hartos imprintings en su cuerpo, por tanto se habla también desde la experiencia directa y el mucho andado. Asimismo hay algunas improntas que podríamos llamar tardías, por la edad en que se presentan, pero que pueden ser igual de intensas y devastadoras al individuo (que lo pueden exponer al ridículo o lo patético) pudiendo comprometer incluso a su grupo familiar. Poner mucha atención en ellas, tratando de resolver el problema antes de caer en el cepo.
--Si me he referido a este tema es porque está intimamente ligado a los instintos sexuales.
Y no sigo por ahora esta veta, de importancia trascendental para la vida normal y sus patologías o disfunciones, porque me alargaría demasiado.




"Alta tensión en el metro de Santiago". Foto ARR 2013.

Unas palabras previas sobre la libido
Libido (del latín: deseo, amor): deseo sexual. 
S. Freud la utiliza por primera vez. Es un concepto del psicoanálisis, para designar la parte psíquica del instinto o impulso sexual. Instinto psicosexual. Su uso se ha ampliado ya no sólo a deseo sino también a energía sexual o agresividad libidinosa que se va a expresar en agresividad o erotismo.
Recordemos que los Is. se pueden ligar a las emociones y a la memoria en la medida que se va dando la cerebración progresiva, pudiendo además hacerse conscientes, alejándose de alguna manera de lo instintivo en estado puro (que hay que buscarlo así como lo hace el anatomista, el microscopista o el astrónomo).

Algo sobre Constantes Diferenciales de los Is. entre Hombres y Mujeres . Hay diferencias biológicas.
Este tema da para capítulos enteros. Trataremos de ser escuetos. No lo he encontrado desarrollado en parte alguna, salvo unas cuantas impresiones más bien desperdigadas por aquí y por allá. Tampoco es mi pretensión ni suficiente mi experticia como para un abordaje amplio, pero en fin, intentemos algo. 
Lo cierto es que así como se da el dimorfismo sexual (que caracteriza anatómicamente y funcionalmente a hombres y mujeres habitualmente con sus caracteres sexuales primarios y secundarios bien definidos), también en sus instintos y comportamientos, como en sus manisfestaciones culturales y conductuales, incluso en el enfermar y morir, las diferencias entre hembra y macho, son notorias e importantes.
La mayor parte de las veces es un asunto más bien de grado o intensidad de presentación de los Is., salvo en aquellos Is. Sexuales que se refieren especificamente a comportamientos exclusivos del hecho de ser macho o hembra. Ya me entienden... Nos extendemos sobre el punto al tratar particularmente los Is. Sexuales.
Los Is. van a ser los mismos, con diferencias de grado o intensidad, frecuencia y circunstancia de manifestación, salvo los Is. sexuales referidos a lo coital, embarazo, lactancia, y crianza cercana.
En el macho generalmente se valoran como pilares de lo masculino: la fuerza, la invulnerabilidad, la competividad, la reciedumbre. En la hembra, su paciencia, afectividad, ser acogedora y sociable, su pragmatismo, pasividad, confiabilidad, dedicación al cuidado de la vida propia y ajena, etc... 
Ello tiene una base biológica que luego se ve reforzada por la intervención sociocultural (por ésto también puede ser objeto de atenuación, neutralización e incluso inversión).
En los varones se va a encontrar una natural mayor agresividad, competitividad, defensa, territorialidad, mayor propensión a la exploración y a la aventura, por ejemplo. 
Siendo las mujeres biológicamente (y culturalmente) más sociables, menos competitivas, menos individualistas, menos agresivas, más conciliadoras, van a ser más proclives a acatar las normativas, basarse menos en el provecho personal sino más bien en el tomar en cuenta también el impacto sobre los demás. Se las puede observar más propensas a la moderación y a la pacificación, a preferir la seguridad, lo que las lleva generalmente a tomar decisiones más adecuadas, y a adaptarse mejor a las normas sociales. 
Advierto que todo lo anterior corresponde a un plano de mucha generalización, y que además se está produciendo un cambio en esto al que hay que estar atento por la irrupción de la mujer a algunas actividades que las empapan de masculinidad, por lo que corren el riesgo de masculinizarse. Es de esperar que no, que ejerzan poder sin perder sus extraordinarias características femeninas con las que la naturaleza las dotó

LOS INSTINTOS SEXUALES


Pareja de cisnes cuello blanco. Foto ARR 2012.

Aquí nos vamos a permitir guiar en parte y esquemáticamente por lo que O. Quijada plantea respecto a los Is. Sexuales, por lo demás tratado y planteado en múltiples clases, conferencias y cursos dados por el maestro, a los que se tuvo la suerte de asistir. 
Tampoco podemos dejar de mencionar de pasada a Sigmund Freud (1856-1939), médico neurólogo austríaco, que revoluciona la psiquiatría y psicología mundial con sus trascendentales aportes, por ejemplo al sentar firmemente la importancia de la etapa infantil en el desarrollo de la psiquis humana normal o patológica y sobretodo la trascendendencia de la sexualidad (incluyendo y enfatizando la de la niñez temprana, recordemos las fases oral, anal y genital de la temprana infancia, o el Complejo de Edipo, que el psicoanálisis plantea) en la raíz misma del comportamiento, la experiencia y conducta humana, asimismo normal como disfuncional o patológica. Sus importantes aportes siguen asombrando y escandalizando a una gran parte de la población que se niega todavía a las evidencias.

Los definiremos como aquellos al servicio de la Reproducción, Apareamiento, Conyugación, Afectividad y el Placer
Sí, también el Placer, que a manera de premio o gratificación (casi como una atrayente trampita) la naturaleza ha ido introduciendo poco a poco, más reciente a nivel evolutivo, paulatinamente en todo el acontecer animal y sobre todo humano, incluyendo los Is. Aclaremos de todas maneras que evolutivamente la aparición del placer es un acontecimiento, un epifenómeno, muy posterior a la aparición de la sexualidad como tal, pues requiere de una base neuronal sensorial y cognitiva adecuada, lo que se va a lograr sólo millones de años después (tal vez se hace más estructurada hace unos 230 - 220 m.a., con la aparición de los primeros mamíferos). 
Difícil negar que el cumplimiento del instinto, en todas su etapas, ha ido produciendo un cierto grado de satisfacción, de placer. Imposible no hacer referencia a S. Freud quien plantea por vez primera como los reguladores de la actividad psíquica, al Principio del Placer y al Principio de Realidad. Pensemos solamente en el orgasmo.
El conseguir alimentarse bien y rico, el disponer de un espacio territorial adecuado, vencer en una competencia, a determinada edad sentir por el roce de aquí y de allá curiosos cosquilleos agradables, descubrir su sexualidad y sensualidad, o conseguir una pareja, incluyen evidentes componentes placenteros.
Todo lo anterior además se puede visualizar a nivel cerebral cortical e hipotalámico con las modernas tecnologías de imagen, y hasta medir a nivel bioquímico las hormonas y neurotransmisores que están participando por ejemplo: testosterona, estrógenos, progesterona, cortisol, adrenalina, acetilcolina, oxitocina o prolactina, vasopresina, dopamina, serotonina o endorfinas. 
No obstante, insistimos en que filogenéticamente hablando, primero aparece el sexo, y luego, pero mucho después, el placer, que por cierto no ha sido un determinante en su aparición. El placer, y aquí me voy a arriesgar, posiblemente comienza a estructurarse bien como tal recién desde el nivel mamífero adelante.
Los dividiremos en Primarios, Secundarios, Terciarios y Cuaternarios. Se darán también ejemplos, que a su vez muchas veces también constituyen Is., tal vez instrumentales al decir KL, o sea al servicio de los 5 grandes.

I)  Instintos Sexuales Primarios: son los que tienen que ver directamente con la única misión de procrear, de ejercer la Reproducción propiamente tal, en su diversidad de fecundación externa como interna, por ejemplo: Celo o Estro, Amplexo, Receptividad de la hembra, Impulso coital o copulativo, de Introducción peneana (Inmisión del pene), Apareamiento (formar pareja sexual), etc…El formar pareja sexual puede ser incluso de por vida como en el caso del pejesapo abisal (o de los abismos) donde el macho, muy pequeño, vivirá adherido al cuerpo de la hembra, a la manera de un parásito.

II) Instintos Sexuales Secundarios: son los ya más ligados a la formación de pareja, con aparición de los distintivos Caracteres Sexuales Secundarios adquiridos por el macho o la hembra. Son muy evidentes en las aves, donde pueden llegar a niveles de lo estrambótico.
En general, mientras él trata de exhibirse como el mejor, ella elige con toda calma y tranquilidad. Cuando llega la época primaveral y con ello el impulso de procrear, en los machos se van a expresar: Exhibición, Cortejo, Galanteo, Agresividad intraespecie, es decir Combatividad selectiva entre ellos, marcado de territorio, o en fin huída o fuga si otro es el ganador y no hay otra salida.
En las hembras se van a expresar  en Coquetería,  Receptividad de la hembra. Se observará una mezcla de aceptación sexual y fuga en forma de sumisión –que luego del coito desaparecerá para dar lugar a una situación de igualdad-. Puede haber muestra de los cuartos traseros, que también a veces se da como acto de apaciguamiento o sumisión en peleas entre machos.
Para ambos comienzan a aparecer el I. de Nidificación y el de Conyugación (ver más adelante), que en el caso de los gansos silvestres, de los cóndores, de los kiwis, puede llegar a la fidelidad de la pareja hasta la muerte (unión de pareja de por vida). 
Son instintos con consecuencias complejas, puesto que ahora no se trata sólo de fecundar sino además elegir pareja, buscar el metro cuadrado para armar el nido, defenderlo, empollar los huevos, cuidar y alimentar a las crías, protegerse mutuamente.


Pareja nidificando.Cormorán magallánico. Foto en Canal Beagle, Prof. Andrei Tchernitchin V.
III) Instintos Sexuales Terciarios: Destinados a la mantención de la pareja, vale decir dependientes del Complejo Conductual Progenitores-Hijos llamado al cuidado y protección de la progenie (matriz abierta). Muy evidente en los mamíferos. Buen tema para una revisión etológica: De la matriz abierta a la matriz social. Lo dejo planteado como desafío.
Pareja alimentando a polluelo. Cormorán magallánico. Canal Beagle. Prof. Andrei Tchernitchin V.
1.-) Los Ins. de Conyugación (ahora cada vez más evidente) y de Nidificación (o de Madriguera), aparecen y se consolidan para ambos progenitores.
Instinto de Conyugación: Estado al que se llega en el terreno de la sexualidad por el instinto de elegir o aceptar una ligazón más o menos permanente, a veces de por vida, entre los miembros que lo adoptan, con beneficios mutuos y para la progenie (pingüinos, gansos, grullas, cuervos, chovas, nuestros cóndores, algunos roedores, las orcas, etc...). La pareja de kiwis lo hace, según se ha observado, de por vida, encargándose el macho de seguir incubando el huevo por los 3 meses que siguen a la incubación interna (también 3 meses).
Nace en la evolución para favorecer el cuidado de la progenie y los miembros que se involucran en ello. Este impulso conduce a la búsqueda de pareja que complemente, por ello es de emparejamiento o complementación, para formar una familia. Puede ser el origen, este vínculo entre dos o más individuos, de la amistad personal intraespecie, de la Afectividad, incluso del amor. Evoluciona a través del Apego, al vínculo anónimo del grupo social inmediato y de ahí al interpersonal.
En el plano de la sexualidad se establece este vínculo instintivo por impronta en forma de apego o emparejamiento. Como consecuencia o contrapartida, puede llegarse al enamoramiento y a los celos, desde luego en sus niveles adecuados o normales o en los excesivos, incluso patológicos.
2.-) Maternos: de Apego, de Reconocimiento, de Cuidado y Protección de la cría.
Apego: impulso de unión y dependencia con personas u objetos, de los cuales también puede ser necesario independizarse, llegado su momento. Parece ser más fuerte de hijo a madre que viceversa. En aves ha sido espléndidamente estudiado por K.L. y lo llama I. de Seguimiento (O.Q. op.cit.), . 
Como puede observarse suele y debe ser recíproco madre-cría-padre, en una especie de trinidad. De gravitante importancia es en esta etapa el olfatearse, tocarse, mirarse (sonreír), ofrecer aseo y acicalamiento por ejemplo, desde los primeros segundos del nacimiento (parto), alumbramiento reconozcámoslo hasta ahora demasiado intervencionista, medicalizado, por lo menos en Chile. Desde luego que hay que estar preparado para las eventuales complicaciones, pero de ahí al exceso, no.
Zoo Nacional de Santiago de Chile. Enero 2012. ARR


Aparecen reacciones olfativas de Reconocimiento (muy importante por ejemplo en los cachorros de perros y gatos que abren los ojos unos días después de nacer, mientras se guían por el olfato y el tacto hacia la madre, luego aparecerá el reconocimiento visual), reacción auditiva al piar del polluelo -incluso inhibidor de agresión y del infanticidio en la pava- o al llanto del bebé, Is. de Defensa del hijo o la camada frente a otros, de Porteo, de Jugar con la cría.
Zoo Nacional de Santiago de Chile. Enero 2012. ARR
3.-) Hijo: de Apego o seguimiento –previo imprinting- reconocimiento de la madre (biológica o substituta). Esta primera impronta. imprinting (inglés) o pragüng (del alemán, idioma original y nominación de este importante hecho biológico por Konrad Lorenz quien lo acuña en 1937) corresponde a la Impronta Mayor o Maternal. Los otros son los de Presión y Succión (I. de Lactancia) del pecho materno (la cría, también la humana, repta guiada por el olfato y en este caso además por la vista, hacia el pecho de la madre), I. de Asirse (recíproco materno-filial)
Mercado al aire libre, Guatemala. ARR.
4.-) Paternos:de Apego y Protección paternal (neomelia  en la ranita de Darwin, en los cuidados paternos del pingüino, del emú y del caballito de mar), de Cooperación en la crianza (Corresponsabilidad Parenteral), de Defensa del territorio, de la hembra, de la familia.

Los Cuidados Parentales: serán críticos para que progenitores y cría generen el Apego, vínculo que llevará a la confianza mutua, a la lealtad, a la Afectividad (cariño, afecto), y al amor (el enamoramiento ¿es un instinto?). Cuidados parentales que se prolongarán más en el tiempo en la medida que la progenie nazca más indefensa, mayor tiempo necesite para aprender o mayor capacidad de aprendizaje tenga (matriz abierta). Notable en los mamíferos superiores.
En el humano, la participación de ambos padres también es crucial, debiéndose aspirar a una responsabilidad parental compartida (Corresponsabilidad Parental) a la manera de una trinidad. Su adecuación por lo menos en las tres primeras horas y en los tres primeros años de vida es fundamental, crítica, para el desarrollo armónico de la criatura. 
Queda claro que llegará un momento en que los padres van a querer expulsar del territorio-nido a los ya están más que creciditos. Se ve en los cisnes, en los tordos, como corretean a los juveniles ya bastante maduros, que  a veces no tienen la más mínima intención de dejar el hogar donde tan cómodos están. ¿Algún parecido con la humana realidad actual?.
Es para alegrarse que  se está reconociendo cada vez más la importancia y la necesaria participación del padre durante el curso del embarazo, parto, postparto y crianza, para un armónico desarrollo de ese grupo familiar.
Una pequeña intromisión anecdótica a la historia, que nos ilustra a mí parecer, sobre lo instintivo social y sexual que puede llegar a tener el reconocimiento recíproco madre-hijo/a, en forma de una alianza de protección mutua de múltiples beneficios recíprocos, e indestructible como suele ser la relación madre-hijo/a. Corría el año 334 a.C.: Ada, sátrapa del reino de Caria (región en la actual Turquía) para asegurar mantenerse en su cargo adopta como hijo a Alejandro Magno, que iba por allí pasando en plan de conquista del Asia Menor e invasión a Persia, en su guerra contra Darío. Al respecto nos relata Plutarco sobre la decisión tomada a su vez por Alejandro M.: “…Ada, a la que adoptó por madre y declaró reina de Caria, …ésta para  agasajarle le enviaba diariamente muchos platos delicados y golosinas, y finalmente los más hábiles cocineros y pasteleros que pudo encontrar…” (Vidas Paralelas. Alejandro y César). Esta situación madre-hijo/a se puede dar también interespecies, y gran cantidad de ejemplos y estudios sobre ellos.  
La loba palatina , Rómulo y Remo. Jardín Botánico de Buenos Aires, Argentina.ARR, 2013.


Is. Sexuales de Juego o Lúdicos

El I. de Jugar ya analizado en términos generales, en la vida sexual van a adquirir una notable diversidad, desarrollo e importancia. Los vamos a ver en las distintas etapas vitales individuales, desde que se conforma la calidad de hijo, de apego a una madre, de pertenencia a una familia y luego a un grupo o sociedad. Pero se va a ir impregnado cada vez más de sexualidad y afectividad, que va a ser tenue al comienzo para hacerse cada vez más intensa y llamativa, con declinación (sin desaparición) a través de los años.
Se han distinguido, por tratarse de una realidad comprobable e importante de tener en cuenta, por lo menos en dos grandes etapas: 1) Los J. Sexuales Infantiles; y 2) Los J.S. Eróticos Puberales y Postpuberales (de carácter heterosexual, homosexual, o de autoerotismo). Con similitudes pero sobretodo importantes diferencias entre machos y hembras.
OQ señala sobre esa natural instintividad lúdica: “Los niños/as poseen natural impulsividad para entretenerse imitando a sus mayores o explorando nuevas satisfacciones. De esta manera investigan y aprenden sobre sí mismos, sobre sus zonas erógenas, o reacciones a determinados estímulos. Hay estudios comparativos hechos sobre las preferencias que muestran los niños por determinados juegos, respecto de las niñas, a pesar de que siempre tuvieron las mismas posibilidades y enseñanzas, lo mismo que sobre el tipo de accidentes que ellos y ellas sufren. Hay diferencias objetivables”. (OQ, Diccionario Integrado de Sexología, op.cit.).
Ej. de juego de la madre con el hijo o el que se da en las etapas juveniles (los cachorros de perro se desafían, se persiguen, se muerden las patas y se hacen zancadillas, en un ambiente de entretención y alegría). Ello va a permitir a nivel humano en el futuro que la agresión, la competitividad sexual entre machos (y entre hembras) vayan a poder pasar del juego por ejemplo a las competencias nacionales e internacionales ya sean literarias, científicas, tecnológicas, y de sobremanera importantes las deportivas en todas sus variantes, que  bien reglamentadas (ritualizadas) permiten lucimientos y triunfos sin daño ni peligro de muerte del prójimo.

IV) Instintos Sexuales Cuaternarios: son los que materializan el impulso sexual o la libido sobrante o de rebase, en desborde negativo: en pasión sexual (que puede llegar hasta la obsecación sexual-afectiva, al femicidio de raíz machista y celopática) o lujuria que puede llegar a la adicción, sadismo, masoquismo, criminalidad, pero también desbordes positivos: en sensualidad, voluptuosidad, creatividad, investigación y ciencias, o en bellas artes (que a su vez igualmente pueden llegar extremos barrocos o churriguerescos), etc…
Son producto del proceso de cerebración progresiva y de alguna manera también del ocio, el poder y la riqueza, la sobrepoblación, más múltiples otros factores, que particularmente en el humano ha ido dando esta situación del sexo por el sexo, el erotismo por el erotismo. 
Puede conducir a la exploración y práctica de habituales normales actividades sexuales hetero u homoeróticas, o autoeróticas como masturbación, así como a nuevas experiencias sexuales genitales, mixtas, o extragenitales anales o bucales, individuales o grupales, aparentemente a veces poco habituales y que podrían también ser de cierto riesgo, llegar al exceso, al daño o a la adicción. Todo un capítulo además, este otro, el que constituyen las parafilias. Pensemos por ejemplo en el sadismo o en el masoquismo.
Necesitan conocerse, investigarse, educarse, detectarse a tiempo los excesos, tanto los positivos como los negativos, para reorientarlos cuando el caso merite, en forma razonable y responsable (K.L.). Los/las parvularias, enfermeras/os, pediatras, psiquiatras y psicólogos infantiles con formación biológica en etología tienen la palabra en la detección temprana. Así como ahora están cada vez más preparados y atentos en cuanto al Déficit Atencional, al Bullying u Hostigamiento Escolar, y al Sobrepeso y Obesidad, (alguna vez, no hace mucho, el enfoque estaba en la desnutrición) tendrán que prepararse para detectar tempranamente el exceso de agresividad (crueldad, egoísmo, maltrato animal, peleas injustificadas), conductas sexuales llamativas, machistas o feministas, cuadros psiquiátricos definidos, psicopatías, hogares disfuncionales, etc... en sus etapas precoces.

En personas que lo disponen en demasía o de alguna manera u otra no han expresado su impulso sexual a la manera habitual, no han formado  pareja, no han tenido hijos, ni pretenden tenerlos, por ejemplo puede verse una  sublimación (reorientación de intereses y acciones hacia otros objetivos) en la que su impulso sexual se desvía de su objetivo natural erótico a uno que no incluya genitalidad evidente, positivamente sirviendo a un bien individual o colectivo, o bien realizándose en ser trabajólico, héroe, mártir o santo/a, o hacia la creatividad, Bellas Artes y también hacia las malas artes.
Nótese, el I. en general se guía según me parece también por el 1er. Principio de la Termodinámica (desde ya estoy sintiendo la iracundia de los químicofísicos), dado que aunque se reprima, por alguna parte emerge; de importancia en la pederastia, violaciones, abusos sexuales, celibato obligado, homosexualidad situacional en cárceles, instituciones cerradas, metropolitanismo biológico etc… “Si el impulso sexual no encuentra realización erótica o en agresividad productiva, creativa, o sublimada, inevitablemente podrá desbordarse hacia conductas antisociales” (OQ).
Se hace más evidente en esta etapa cuaternaria el sexo recreativo sobre el reproductivo. Este comportamiento sexual es llamado por los biólogos: conductas epigámicas o sexualidad metabiológica-, no indispensables para la reproducción o la crianza. 
En los bonobos puede  verse con frecuencia ya un tipo de comportamiento sexual a manera de una serie de manifestaciones orientadas francamente a la convivencia social con establecimiento de familiaridades de contenido sexual entre ellos, sin el mínimo afán coital propiamente tal, menos aún procreativo. 
Sugerimos ver la entrevista que en Redes (RTVE) efectuó Eduardo Punset a la zoóloga primatóloga chilena Isabel Behncke (tiene bastante publicado, además) sobre “Nuestros primos hermanos los bonobos”. Son primates algo más pequeños que los chimpancés y con quienes también compartimos el 98% de los genes. En el tema que nos ocupa, como decíamos antes, practican una generosa actividad sexual social, viviendo en paz dentro de una armonía mantenida por las hembras, los juegos, y como dijimos por actividades de índole sexual o relaciones sexuales (relación sexual y quede claro, no es sinónimo de coito) de carácter socializador y pacificador.  
Similares comportamientos los he visto ocasionalmente en ambientes sociales distendidos y relajados así como entre adolescentes y escolares varones como marcadores de lazos grupales y de jerarquías, al modo de espontáneas recíprocas confiancitas.

10.-LO CUATERNARIO EN LOS INSTINTOS EN GENERAL

Nada en demasía”. Oráculo de Delfos.

Ya  desde mediados de la década de los sesenta de siglo pasado, connotados sexólogos chilenos como los Drs. Julio Parada Parga, Rafael Téllez Aguirre, y Osvaldo Quijada Cerda, dentro de un planteamiento filogenético evolutivo plantean cuatro etapas de la sexualidad, cada una con sus correspondientes Is. Sexuales. Estas etapas van desde la primaria a la cuaternaria. Su referencia fue a los Is. Sexuales. Estimo que ese enfoque cuaternario, que es el que ahora estamos revisando, puede ser ampliado también a los otros Is. que ya hemos visto.
Mirándolos desde esta perspectiva cuaternaria, de desborde o de rebase, hipertrofia de los instintos podría llamarse, podemos explicarnos la sofisticada y exquisita gastronomía a que hemos llegado, pero también la obesidad severa con todas sus consecuencias metabólicas, hipertensión arterial, diabetes mellitus, coronariopatías, artrosis, etc…  
A su vez, la territorialidad puede estar bien determinada por acuerdos tácitos, tratados o fronteras, hermosas urbanizaciones, ciudades y países pero ello no impide las trasgresiones, las guerras fratricidas, destrucción de ciudades enemigas, bombas o misiles nucleares, la depredación de la tierra y el mar con grave daño ambiental y de la biodiversidad.
La agresividad puede haber conducido a la opulencia, a la acumulación de poder y riquezas, pero también con la invención de mortíferas armas y alianzas, a guerras y ataques entre grupos étnicos, religiosos, raciales, terrorismo. Lo anterior en un desborde perjudicial de selección intraespecífica, con agregada agresión irracional también contra otras especies (depredación).
La competitividad lleva a caballerosos torneos, festivales, juegos florales, carnavales, olimpíadas, pero además a exageradas y costosas parafernalias (verdaderas bofetadas a los desposeídos y necesitados), a actos delictivos, o bien heridos, lisiados y muertos si son competencias deportivas extremas, muy concurridas, o de alto riesgo. 
Y así por el estilo, cuando se expresan en sus cuaternarismos. Curiosamente hay un paralelismo de terminología con la del tiempo geológico que emplean tanto la geología como la paleontología, casual pero sugerente.A esta conclusión llegué en marzo del 2010 luego de comenzar el curso Crónicas de la Vida Antigua que ofrecía la Sociedad Paleontólogica de Chile (SPACH), que tuvo la cortesía de aceptarme como socio titular un par de años después.
Tal es, la situación de encontrarnos ahora en pleno Período Cuaternario (último período de la Era Cenozoica) y que comienza hace unos 2 millones años atrás. Es un período tan propiamente del hombre, tanto que por ahí he visto proponer llamarlo también antropozoico.
En el caso de los Is., lo cuaternario tiene sus bellezas y deleites, pero llevados al exceso pueden conducir por ejemplo, mencionando sólo algunas consecuencias negativas, al consumismo desatado, endeudamiento empantanado, ostentación cruel, segregación de todo tipo, abuso del poder, etc... 
En otras palabras estimo que, existiendo un tenue límite entre lo positivo y lo negativo de las manifestaciones cuaternarias, ello puede obtenerse por el consenso y el que no haga daño propio ni ajeno. ¿Es pedirle mucho que se haga por acuerdo y sea saludable?. Pero es un tema para ampliar posteriormente, espero. 
Sobre el rebase señalado a los Is. Sexuales,  insisto  en creer que no sólo aplica a lo sexual sino que puede ser algo más general y visible en todos los otros Is., destacable en el humano acontecer y en condiciones determinadas, donde los Is. de Agresión, Territorialidad, Alimentación, o Sexuales por mencionar algunos, se mantienen en acciones positivas de realización, pero también como se ha dicho han alcanzado un nivel tal que actúan aparentemente en sentido contrario a la conservación del individuo y la especie (dado por esas ideas que se le meten en la cabeza a algunos humanos).
Se trata como ha sido dicho de una especie de desborde negativo de los Is. Un ejemplo: una agresión de rebase, de parte de los padres que física o verbalmente pretenda actuar sobre la conducta del niño o adolescente, si fuerte y reiterada, puede dar posteriormente muchachos/as con niveles altos de agresividad y/o conducta antisocial. “¡No golpeéis, no injuriéis a vuestros hijos! Hace siglos que los hombres se devuelven los golpes que recibieron cuando niños…” (Rafael Barret, citando a Carrière, a fines del siglo XIX). 
Entre paréntesis, se ha determinado que incluso el maltrato animal por los niños puede ser un predictor de futura conducta antisocial.

La Testosterona y su papel en todo ésto.
Esta situación que ha sido también producto de la selección natural y sexual, y que se sigue produciendo a nivel biológico, en sus grados mayores se puede traducir en agresiones intraespecíficas y depredadoras de todo tipo, guerras tribales, entre grupos étnicos, entre países, destrucción y muerte. Un ejemplo de ello es el Metropolitanismo Biológico. Conversando de ello con OQ dijo una vez que le parecía corresponder a lo que en lenguaje religioso se llama aspecto diabólico, demoníaco, o satánico de la conducta humana, y su base estaría en la testosterona (que las hembras por lo demás disponen también en suficiente cantidad, aunque aproximadamente diez veces menos que los machos, siendo producidas en ellas por las suprarrenales). 
La testosterona a todo esto es una hormona, que entre otras funciones como la anabólica y modeladora de los caracteres sexuales secundarios del macho, se comporta como neuromoduladora de la conducta y el ánimo, por cierto harto presente en la agresividad y el erotismo. Tema de investigación, ensayo, y difusión. Tocamos aquí con un punto complicado, con raíces históricas firmemente establecidas y de innegables implicancias antropológicas (aquí sí, sin al parecer parangón animal salvo el humano, a mi  entender) cual es el del Eunucoidismo, y no nos referimos al de causas médicas, sino a aquel que ha sido practicado por determinadas culturas con objetivos diversos a través de los siglos, ya sea para servidumbre, esclavitud, la guerra o las artes. Para Alejandro Magno constituyó un problema mayor de difícil solución, qué hacer con la multitud de eunucos "heredados" que dejaron los vencidos ejércitos de Darío III. Ello pasó además con otros tantos reyes persas de antes y después.
Debemos detenernos aquí y aclarar que O. Quijada distingue cuatro etapas en la Sexualidad (S. Primaria, S. Secundaria, S. Terciaria, y S. Cuaternaria), esquema al que nos hemos ceñido, según un enfoque evolutivo desde que el sexo hace su aparición en la vida hasta el ahora, en cada uno de los cuales destacan determinados Is.
Estas cuatro etapas esperamos tener tiempo para desarrollarlas in extenso pronto, dada su importancia y valor docente. Por si acaso, adelantamos que los humanos ya hemos llegado, manteniendo vigentes las anteriores, a la etapa Cuaternaria. Por ahora, nos hemos enfocado en la parte instintiva del asunto.

11.-RESUMIENDO
Los instintos son: genéticos (fijados por el genoma –programa genético de cada individuo), naturales, innatos, auténticos, predecibles, constantes, más bien rígidos, útiles y beneficiosos a sus fines, propios de cada especie, pero con similitudes de estructura y función con los de los demás seres vivientes (una especie de lenguaje universal a la manera de códigos de comportamiento). Constituyen expresión de una necesidad interna de alimentarse, reproducirse y aparearse, y obtención de seguridad medioambiental, e irrenunciables, aunque no nos parezca así.
De alguna manera aflorarán, se manifestarán, es cuestión de observar conociéndolos. Son tan característicos como las manifestaciones anatómicas correspondientes a esa especie.
Se van perfeccionando, haciéndose complacientes, y autorreforzándose con el transcurso de los años. Si bien la mayoría son estables en el tiempo de vida individual (alimentación, territorio, huída o pelea), manifestándose y permaneciendo desde el nacimiento a la muerte,  otros son aparición o adquieren relieve más tardío por ejemplo los Is. Sexuales de acuerdo a la edad reproductiva de la especie. Algunos incluso son variables en intensidad en el transcurso de la vida: por ejemplo agresividad y territorialidad son más propias de los jóvenes, siendo en general más pacíficos y tolerantes según se avanza en edad. Los años temperan los instintos. 
Habitualmente están en sintonía con el medio ambiente. Permiten poco o nada intromisión cultural, aunque en cierta medida se pueden ir haciendo conscientes, a nivel de las especies “superiores”.
Mantienen una curiosa adhesión a la 1ª ley de la Termodinámica  o de la Conservación de la Energía (en 1789, Lavoisier, mi humilde homenaje), que en forma simple puede ser enunciada a sí: en un estado de reacción la materia o la energía no se pierde ni se destruye, sólo se reorganiza, en otras palabras, se transforma. Así también el instinto al intentar ser reprimido se transforma, o es sublimado, o se puede hacer exagerado y hasta aberrante, incluso delictivo, porque su naturaleza no permite que se suprima sino que se transforme y emerja de otra manera. Bueno, también se puede controlar, contener y educar, pero ese es otro capítulo. Pero lo que no podemos negar que unos miles de años de cultura y civilización no podrán borrar millones de años de experiencia vital incorporada a los genes.
Los Is. van a tender a generar necesariamente comportamientos y luego conductas adaptativas; van a ser el origen de los sistemas de comunicación, la costumbre, los rituales, la imitación, la cultura en otras palabras. Su definición, correcta denominación y uso se hacen necesarios para el mejor entendimiento. El estudio actual de estos complejos patrones de comportamiento como son los instintos deben seguir estando en manos de la biología, específicamente de la etología y la ecología, que hacen las investigaciones de campo y plantean las preguntas, y del apoyo ineludible de la neurobiología que puede generar las respuestas, por medio del conocimiento del sistema nervioso, su anatomía, fisiología, y fisiopatología comparadas.
A través de esos conocimientos surge cada vez más, como una necesidad irrenunciable, el respeto hacia la naturaleza y su biodiversidad, como lo han entendido importantes grupos defensores del medio ambiente y del equilibrio ecológico, colocando al hombre en el lugar en que debe estar, con la responsabilidad que le compete asumir, como un integrante más de este maravilloso mundo natural que es a su vez parte del universo.

12.- BIBLIOGRAFÍA
El Origen de las Especies. Ch. Darwin. Editorial Bruguera, S.A., Barcelona, España, 1978.
El Origen del Hombre. Ch. Darwin. Empresa Editora Zig-Zag, Santiago de Chile, 1939.
Obras Completas. Sigmund Freud. Destacan: Tres ensayos sobre teoría sexual (1905), Más allá del Principio del Placer (1920).
La Separación de los Amantes. Igor A. Caruso. Siglo XXI Editores S.A., México D.F., 1969.
El Hombre y sus obras. Melville J. Herskovits. Fondo de Cultura Económica, México D.F., México, 1969.
Conducta sexual de los animales inferiores al hombre. S. C. Ford y F. A. Beach. Editorial Fontanella S.A., Barcelona, España, 1969.
Sobre la agresión: el pretendido mal. K. Lorenz. Siglo XXI Editores S.A., México, 2005.
Biología del Comportamiento  -  Evolución y modificación de la conducta. Konrad Lorenz. Siglo XXi Editores, México D.F., México, 1986.
El Comportamiento animal y humano. Konrad Lorenz. Editorial: Plaza & Janés. Año de edición: 1985.
Una Nueva Interpretación del Hombre. Subtitulada: Teoría de la Desnaturación Antropológica. Benjamín Subercaseaux. Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, 1972.
Historia y Sexualidad. Osvaldo Quijada. Editor: Joaquín Almendros. Buenos Aires, Argentina, 1970
Diccionario Integrado de Sexología. Osvaldo Quijada. Editorial Alhambra S.A., Madrid, España, 1983. Contiene prólogo del Prof. Dr. Alberto Oriol-Bosch, catedrático y entonces Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, Madrid.
Vida y Sexo. Osvaldo Quijada. Editorial Universitaria S.A. Santiago de Chile, 1972.
Breve Introducción a la Sexología
. Osvaldo Quijada. Coautor con el Dr. Julio Parada Parga de esta monografía Nº 8 de Schering A.G., Berlin, Alemania, 1973.
Libido y Política. Osvaldo Quijada. Los Libros del Arcabuz, Santiago de Chile, 1988.
Diccionario de Psicología. Howard C. Warren, Editor. Fondo de Cultura Económica, México D.F., México 1963.
El árbol del conocimiento. La bases biológicas del entendimiento humano. Humberto Maturana y Francisco Varela. Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1986.
Amor y Juego. Fundamentos Olvidados de lo Humano. Humberto Maturana Romesin. y Gerda Verden-Zoller. Editorial Instituto de Terapia Cognitiva, Santiago de Chile, 1997.
Biología. Helena Curtis - N. Sue Barnes. 7ª edición en español. Editorial Médica Panamericana, Buenos Aires, Argentina. 2008.
Ecología. Thomas M. Smith y Robert L. Smith. Pearson Educación S.A., 6ª edición, Madrid, España, 2007.
Secretos del Mundo Animal (en inglés, Exploring Secrets of Nature, 1ª edición, Londres, Inglaterra, 1994). Reader´s Digest México, S.A. de C. V., México D.F., México 1995.
Hombre y Animal. Estudios sobre comportamiento. Varios autores: Lorenz, Tinbergen, Von Frisch, Koehler, Grzimek y otros. Ediciones Orbis, S.A., Hispamérica Ediciones Argentina S.A., Madrid, España, 1985.
Mecanismos de Determinación del Sexo. Daniver Morales Nejaz. Trabajo de ingreso como socio titular de la Sociedad Chilena de Sexología y Educación Sexual. 8 de abril del 2013. En archivo (resumen).

Lecturas complementarias:
Seamos Pareja (En Siete Etapas de Amor Progresivo). Frida Kritzler F. y Orlando Jerez B.  Impresión Nacional Undurraga, Santiago de Chile, 1989.
S.O.S. Salvemos la Familia. Frida Kritzler F. y Orlando Jerez B. Universidad Mayor. Colección Pedagogía Social. Nacional Impresores S.A., Santiago de Chile, 1994.
Estos dos últimos corresponden a aportes de Jerez-Kritzler, quienes presentan un enfoque desde el punto de vista de una vida matrimonial bien avenida y llevada, también desde el estudio permanente y desde su vasta experiencia en Terapia de Parejas, eso sí desde su visión en la fe católica con base en el Análisis Transaccional (que considero una variedad de psicoanálisis freudiano).  
ARR. u.r. 18/12/13.

No hay comentarios:

Publicar un comentario