Nos motiva hacer un pequeño aporte sobre
este tema ahora que nos agobian ciertas infecciones de la piel y de las
vías respiratorias, incluida y de sobremanera importante la recién
llegada influenza humana A H1N1 que está causando importantes problemas
sanitarios. Sobresalen también los contagios de herpes simple, impétigo,
mononucleosis infecciosa ("enfermedad del beso"), verrugas vulgares,
moluscos contagiosos, aparte de toda clase de resfríos y gripes
(influenzas y parainfluenzas de variados tipos), aparte de otras por
mencionar algunas como la tos ferina o coqueluche, TBC, sarampion,
rubeola, varicela, virus respiratorio sincicial, y adenovirosis, etc....
Todas ellas reconocen entre otros también un mecanismo de contagio
labial, a través del beso.
No hablamos del beso del enamorado, del
beso erótico, de connotación sexual y afectiva, porque ese es otro
asunto, a nuestro parecer de alto valor, relevancia e importancia y que
hay que promover, sino de ese otro, del que se abusa, se exagera a
cada rato y en alguna medida se impone y obliga.
Sobre el beso se han escrito páginas y páginas, pero centrémosnos en sus aspectos generales.
Empecemos por lo básico, definir. El besar
para la RAE proviene del latín basiare, basium correspondiendo para
ella a: tocar u oprimir con un movimiento de labios, a impulso del amor o
en señal de amistad o reverencia. Por lo tanto beso, del latín basium, es: la acción de besar. Osvaldo Quijada en su Diccionario Integrado de Sexología define el beso, esta forma de expresión sexual, como: caricia con los labios a otro individuo o cosa. Nos quedamos con esta última, sencilla, tal vez acotada, quizás limitante pero práctica, hermosa y simple definición.
Los profesores Barón y Lagos expresan:
"Formas de expresión sexual como el beso son desconocidas en algunas
tribus, mientras en otras tiene un carácter alimentario, o un sentido
social y simbólico". pág. 59. Educación Sexual en Chile. Profs. Irma
Barón yTulio Lagos, Contempo Gráfica, Santiago de Chile, 1997 .
Pasamos a revisar y a desarrollar estos
caracteres que los profesores recién mencionados señalan: 1) Su carácter
sexual o erótico, es evidente y daría para varios libros y a él como ya
lo expresamos no nos referiremos en esta ocasión; 2) Alimentario como
expresión de la relación especialmente materno infantil, de nutrición
del niño en crecimiento con su madre o madre substituta; 3) Social,
relacionado como una forma de saludarse, demostrandose conocerse o
familiaridad, y algunos dicen también de olfatearse; 4) Simbólico, de
aceptación y de reconocimiento.
En este último 4º punto nos vamos a
detener un tanto. Habrán notado Uds. que algunas latitudes del oriente
extremo como Japón y China se puede ser muy cordial, simpático y
acogedor solamente por medio de múltiples reverencias, leves sonrisas
incluidas, a una buena distancia sin permitirse la occidentalizada
manera de besarse y darse la mano por cualquier cosa sobretodo al
reconocerse, presentarse y despedirse en los encuentros sociales.
Recuerdo que acá en Chile hasta las alturas de mediados de la década 70 a
80, no se acostumbraba este exceso de besuqueo en la mejilla (en España
son dos, uno a cada lado, de hombre a mujer, o de mujer a mujer-¿cuándo
habrá empezado? ¿pre o postfranquista?- y entre hombres también en
otros países, y dobles también, y he visto triples). Aquí vale también
la observación de Lagos y Barón que en otras partes del mundo y otras
culturas el asunto es diferente. En nuestro país se produjo un momento
en que había que contactarse, reconocerse, y por tanto aceptarse,
otorgándole al beso en la mejilla un valor de reconocimiento
(identificación interpersonal dentro del grupo para resaltar el vínculo)
entre los besadores, de acercamiento, reconocimiento ("este es de los
míos" casi a la manera del Iscariote), incluídos abrazos a la bandera y
cierta incorporada estrofa al himno, dándole ese valor simbólico al que
se alude. No era así en las décadas anteriores a los setenta. Una
manifestación más de uno de los "ismos" que se desatan por el mundo, en
este caso besuquismo.
Si uno mira en su instantánea el momento
de algunos de estos besos "obligados" puede ver en más de una ocasión
al besado/a interponiendo el cabello o girando la cabeza para no exponer
directamente la piel, o torciendo la boca en sentido contrario, o
poniendo una mano de contención, o ir luego discretamente a lavarse en
cuanto puede, después.
No le veo nada de afectivo real la mayor
parte de las veces ni de demostración de cariño, ni nada parecido, como
podría ser por el contrario una sonrisa cordial, un buen y cálido
abrazo en su momento justo y necesario, una palabra amable, acogedora,
una mirada de simpatía, cuando se requieran.
Creo que hay mucho más de obligado e
hipócrita en ese comportamiento, que podríamos llamar besuqueo social
obligado, que ya va quedando como costumbre impuesta. Es este beso del
cual se ha exagerado en el saludo, se ha forzado e impuesto su uso,
igual como se puede observar en el excesivo darse las manos entre los
varones, al encontrarse o despedirse, con las mismas manos con que se
han limpiado o escarbado recién las narices, se han limpiado la nariz o
la boca, o han contenido la tos o el estornudo.
Se sugiere meditar sobre ello. Es la
exageración y casi obligación impuestas de su uso en el saludo lo que
nos llama la atención, como fenómeno de comportamiento social. Lo
planteabamos en los diplomados de Afectividad y Sexualidad en la USACH
hace unos 10 años atrás cuando me tocaba dar allí algunas clases. Me
miraban extrañados.... Pero, ahora constituyen las recomendaciones
actuales en cuanto a moderar o incluso suprimir estas formas de saludo,
siendo propiciadas estas nuevas actitudes por parte de la OMS, Colegio
Médico de Chile y Minsal, sociedades médicas de enfermedades
respiratorias o infecciosas, en forma de advertencias hechas ya sea en
entrevistas, comunicados oficiales, prensa y otros medios, urgidos
circunstancialmente frente a la pandemia de influenza actual.
De acuerdo, por razones de salud pero
también creemos para devolverle al beso y al besar su connotación
original de caricia. Por lo mismo, pensamos como en la Educación Sexual,
comenzar por los profesores, parvularias excesivamente besuconas,
apoderados, educadores, para ir llegando poco a poco a todas las
personas en general.
Alejandro Ríos Rojas.
Publicado el 13 de junio de 2009 en http://sochisexeds.blogspot.com/
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